Cuando se trata de huevos, la eterna pregunta que surge es: ¿es
mejor consumir la clara o
la yema? Muchas personas se inclinan por eliminar la yema,
creyendo que es menos saludable. Sin embargo, la realidad es que
ambas partes del huevo tienen sus propios
beneficios y es importante entender las diferencias para
poder hacer una elección informada.
El
color de la yema: una ventana a la alimentación de la
gallina
Una de las primeras cosas que notamos al observar un huevo es el
color de la yema. Desde un tono amarillo pálido hasta un naranja
vibrante, el espectro de colores que puede presentar la yema es
amplio. ¿Qué determina esta variación?

La dieta de la gallina es el principal factor que
influye en el color de la yema. Las gallinas que se
alimentan de pastos frescos, gusanos y saltamontes tienden a
producir yemas de un color naranja intenso, debido a la presencia
de carotenoides en su dieta. Por el contrario, las gallinas
alimentadas principalmente con maíz y trigo generan yemas de un
color amarillo más claro.
Aunque el color de la yema puede sugerir diferencias en el sabor
y la calidad nutricional, es importante entender que el
valor nutricional del huevo no se ve afectado significativamente
por el color de la yema. Tanto las yemas claras como las
oscuras proporcionan una cantidad similar de proteínas,
grasas saludables y micronutrientes esenciales.
Sabor
y aceptabilidad: ¿Importa el color de la yema?
Más allá del aspecto visual, el color de la yema también puede
influir en la percepción del sabor. Algunos chefs y expertos
gastronómicos aseguran que las yemas de color naranja intenso
tienen un sabor más rico y agradable.
Estudios han demostrado que la dieta de la gallina tiene
un efecto significativo sobre el color, el sabor y la aceptabilidad
general de los huevos. Las yemas más oscuras y vibrantes,
especialmente de las gallinas criadas en pastizales, pueden tener
un perfil de sabor más intenso y ser más apreciadas por los
consumidores.
Sin embargo, la apreciación del sabor es subjetiva y puede
variar de persona a persona. Algunos prefieren el sabor más suave y
delicado de las yemas de color amarillo claro, mientras que otros
se decantan por el sabor más pronunciado de las yemas naranjas.

Valor
nutricional: la yema como la estrella
Aunque es común ver a las personas consumir solo la clara de
huevo, dejando a un lado la yema, esta decisión puede privarlas de
importantes beneficios nutricionales. La yema de huevo es
la parte que concentra la mayor cantidad de
nutrientes.
En la yema encontramos:
Por el contrario, la clara de huevo, si bien es una
excelente fuente de proteínas, carece de muchos de estos valiosos
nutrientes. Al consumir solo la clara, se está perdiendo
gran parte del valor nutricional que ofrece el huevo en su
totalidad.
Grasas y colesterol:
rompiendo mitos
Uno de los principales mitos sobre el huevo es que la yema es
alta en grasas saturadas y colesterol, lo que la convierte en un
alimento perjudicial para la salud. Sin embargo, esta creencia ha
sido ampliamente cuestionada por la evidencia científica.
Estudios recientes han demostrado que el consumo
moderado de huevos, incluyendo la yema, no se asocia con un mayor
riesgo de enfermedades cardiovasculares o aumento del colesterol
sanguíneo. De hecho, los huevos pueden ser parte de una
dieta saludable y equilibrada, siempre que se consuman con
moderación.
Además, la composición de ácidos grasos de la yema de huevo
puede mejorarse aún más mediante dietas suplementadas con
ingredientes como linaza y semillas de chía, lo que aumenta el
contenido de ácidos grasos omega-3.
Claras y yemas: ¿Cuál
elegir?
Ante la disyuntiva de consumir solo
la clara o el huevo entero, es importante considerar los
siguientes factores:
Valor nutricional: El huevo entero, con su
yema, ofrece un paquete nutricional más completo y equilibrado, con
una mayor concentración de vitaminas, minerales y grasas
saludables.
Sabor y aceptabilidad: Las preferencias
personales juegan un papel importante. Algunas personas pueden
disfrutar más del sabor y la textura de las yemas de color más
intenso, mientras que otras prefieren el perfil más suave de las
yemas claras.
Objetivos de salud: Si bien el consumo moderado
de huevos, incluida la yema, no supone un riesgo para la mayoría de
las personas, aquellos con problemas de salud específicos, como
enfermedades cardiovasculares, deben consultar con su médico o
nutricionista para determinar la cantidad adecuada.
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