Sobre la Junta Central Electoral, que tiene ganada la confianza de la sociedad dominicana, descansa el rol fundamental para el desarrollo ordenado y confiable de las elecciones del domingo sin desconocerse la función clave de los partidos y sus candidatos llamados a compartir responsabilidades constructivamente con el órgano para el éxito de la jornada comicial y con lo que venga después. Fase segunda en la que resultan de supremo valor la capacidad de acogerse al triunfo con humildad y la de aceptar la derrota con ecuanimidad y nobleza. A ganar o a perder es que se acude a este tipo de competencias aunque nunca sobrarán las previsiones para detectar y conjurar efectos de irregularidades significativas para el conteo final. Para esto de certificar la equidad o denunciar oportunamente agresiones a las reglas del juego estarán vigilantes en el territorio nacional misiones de observación que incluyen a entidades democráticas del más alto crédito como COPPPAL con positivos antecedentes en el país de rectitud y objetividad.
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A fin de robustecer los usos democráticos la Procuraduría especializada en perseguir delitos electorales promete, por vía de su titular, mantener » tolerancia cero » a violaciones que les reporten. El pleno del Tribunal Superior Electoral estará en sesión permanente al servicio de la causa democrática, apoyando con presteza a los fiscales concentrados en la transparencia y la pureza de los comicios. El proceso organizativo correctamente llevado motiva optimismo.