Aunque quizás sea una de las vitaminas menos conocidas por el público general, la vitamina K juega un papel fundamental en el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Esta vitamina liposoluble es crucial para la coagulación sanguínea, la salud de los huesos y el mantenimiento de un sistema cardiovascular saludable. Sin embargo, muchas personas aún desconocen las fuentes ricas en vitamina K y los beneficios que aporta a nuestra salud.
La importancia de la vitamina K
La vitamina K es una vitamina liposoluble, lo que significa que se disuelve en grasas y se almacena en el hígado y el tejido graso. Desempeña un papel fundamental en diversos procesos fisiológicos, entre los que destacan:
Coagulación sanguínea
Quizás una de las funciones más conocidas de la vitamina K es su participación en el proceso de coagulación de la sangre. Esta vitamina es esencial para la síntesis de las proteínas que intervienen en la formación de coágulos, evitando así hemorragias excesivas.
Salud ósea
Además de su papel en la coagulación, la vitamina K también es crucial para la salud de nuestros huesos. Interviene en la mineralización ósea, favoreciendo la absorción y la incorporación del calcio a la estructura ósea. De esta manera, contribuye a prevenir problemas como la osteoporosis.
Salud cardiovascular
Diversos estudios han demostrado que la vitamina K también tiene efectos beneficiosos para nuestro sistema cardiovascular. Ayuda a prevenir la calcificación de las arterias, reduciendo así el riesgo de enfermedades cardíacas.
Otras funciones
Aparte de las mencionadas, la vitamina K también desempeña un papel importante en la salud de la piel y el cabello, la regulación de los niveles de azúcar en sangre y la función del sistema inmunológico.
Recomendaciones de consumo de vitamina K
Las autoridades sanitarias europeas establecen las siguientes recomendaciones diarias de consumo de vitamina K:
Adultos y adolescentes: 75 microgramos (mcg) al día
Niños: 35 microgramos (mcg) al día
Mujeres embarazadas o en período de lactancia: 90 microgramos (mcg) al día
Es importante destacar que, en general, la población europea suele tener una ingesta de vitamina K bastante baja en comparación con otros países como China o Japón, donde se consumen alrededor de 250 mcg al día.
Alimentos ricos en vitamina K
Afortunadamente, existen numerosos alimentos que son excelentes fuentes de vitamina K. Veamos algunos de los más destacados:
Natto
El natto es un alimento derivado de la soja que se obtiene a través de un proceso de fermentación. Destaca por su alto contenido en vitamina K, aportando aproximadamente 900 mcg por cada 100 gramos.
Hojas de berza
Las hojas de berza son una excelente fuente de vitamina K, proporcionando alrededor de 530 mcg por cada media taza de hojas cocidas. Además, son ricas en fibra, minerales y antioxidantes.
Hojas de nabo
Al igual que las hojas de berza, las hojas de nabo son una fuente abundante de vitamina K, con aproximadamente 426 mcg por cada media taza de hojas cocidas. Destacan también por sus propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas.
Brócoli
El brócoli es un vegetal que contiene una cantidad considerable de vitamina K, aportando alrededor de 110 mcg por cada media taza de brócoli cocido. Además, es rico en vitamina C, fundamental para el sistema inmunológico.
Soja
La soja es una legumbre que destaca por su alto contenido en vitamina K, con aproximadamente 43 mcg por cada media taza. Además, es una excelente fuente de proteínas, fibra y antioxidantes.
Zanahoria
El zumo de zanahoria es una opción interesante, ya que aporta 28 mcg de vitamina K por cada 150 gramos. Las zanahorias también son ricas en betacaroteno, una forma de vitamina A.
Aceite de oliva
El aceite de oliva es un alimento rico en ácidos grasos saludables y también contiene una cantidad considerable de vitamina K, con aproximadamente 8 mcg por cada cucharada.
Edamame
Los edamame, que son brotes de soja hervidos y sazonados, son una opción deliciosa y nutritiva, aportando 21 mcg de vitamina K por cada cucharada.
Calabaza en conserva
La calabaza en conserva es una fuente interesante de vitamina K, con aproximadamente 43 mcg por cada media taza. Además, es rica en fibra y vitaminas A y C.
Zumo de granada
El zumo de granada también contiene vitamina K, aportando alrededor de 19 mcg por cada 150 gramos. Es una excelente fuente de antioxidantes.
Hinojo
El hinojo es un vegetal que, a pesar de ser poco conocido, es una buena fuente de vitamina K, con aproximadamente 55 mcg por cada 100 gramos. Además, posee propiedades digestivas y diuréticas.
Espárragos
Los espárragos son otro alimento rico en vitamina K, aportando alrededor de 40 mcg por cada 100 gramos. También son ricos en potasio, vitaminas A y C, y ácido fólico.
Fruta deshidratada
La fruta deshidratada, como arándanos, orejones, peras, pasas de Corinto o ciruelas, es una excelente opción para obtener vitamina K de manera práctica y portátil.
Pepinillos en vinagre
Los pepinillos en vinagre son un encurtido que también contiene una cantidad apreciable de vitamina K, con aproximadamente 35 mcg por cada 100 gramos.
Cilantro
El cilantro es una hierba aromática que destaca por su contenido en vitamina K, aportando alrededor de 109 mcg por cada 100 gramos.
Arándanos
Los arándanos son una fruta que contiene 15 mcg de vitamina K por cada 100 gramos. Además, son ricos en antioxidantes y ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Aguacate
El aguacate es un alimento versátil que también aporta vitamina K, con aproximadamente 21 mcg por cada 100 gramos. Es una excelente fuente de grasas saludables y fibra.
Beneficios de la vitamina K para los corredores
La vitamina K cobra especial relevancia para los corredores, ya que desempeña un papel fundamental en diversos aspectos relacionados con la salud y el rendimiento deportivo:
Salud ósea
La vitamina K es esencial para mantener una adecuada mineralización ósea, lo que ayuda a prevenir fracturas y lesiones óseas, un riesgo común entre los corredores.
Coagulación sanguínea
Al facilitar la coagulación de la sangre, la vitamina K reduce el riesgo de hemorragias y sangrados excesivos en caso de sufrir una lesión durante la práctica deportiva.
Salud cardiovascular
Diversos estudios han demostrado que una dieta rica en alimentos con vitamina K puede disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, lo cual es de gran importancia para los corredores.
Recuperación y rendimiento
La vitamina K también desempeña un papel en la regulación de los niveles de azúcar en sangre y la función del sistema inmunológico, factores clave para una adecuada recuperación y un óptimo rendimiento deportivo.
¿Cómo incorporar la vitamina K a la dieta?
Afortunadamente, existen múltiples formas de incorporar alimentos ricos en vitamina K a nuestra dieta diaria:
- Incluir verduras de hoja verde como espinacas, col rizada, brócoli y lechuga en ensaladas, sopas y platos de acompañamiento.
- Consumir legumbres como soja, edamame y lentejas de manera regular.
- Agregar aguacate a tostadas, ensaladas y smoothies.
- Disfrutar de frutas deshidratadas como arándanos, orejones y ciruelas como tentempié saludable.
- Utilizar aceite de oliva como grasa de cocción y en aderezos.
- Incorporar hierbas aromáticas como el cilantro a tus preparaciones.
- Optar por encurtidos como los pepinillos en vinagre como acompañamiento.
Además, es importante tener en cuenta que, en caso de estar tomando medicamentos anticoagulantes como la warfarina, es fundamental mantener una ingesta constante de vitamina K para evitar interacciones peligrosas. En estos casos, es recomendable consultar con un profesional de la salud.