En los municipios del Gran Santo Domingo (GSD), el proceso de votación fue armónico, pero fluía con lentitud y en varios recintos la gente se veía inquieta en la búsqueda de recursos que les prometieron.
“Son las 3:00 de la tarde y aquí no se ha movido un centavo”, dijo una electora que estaba supuesta a sufragar en la escuela primaria Max Henríquez Ureña, en Katanga, Los Mina, Santo Domingo Norte. Un recorrido realizado por reporteros de Hoy que inicio en Boca Chica, siguió en Andrés y La Caleta permitió comprobar la tranquilidad y orden del proceso electoral.
Aunque había proselitismo y activistas políticos con identificación de sus candidatos, los recintos electorales tenían cintas que los separaban de las entradas de los colegios.
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Era evidente que los policías y militares electorales fueron capacitados, daban trato especial a personas de la tercera edad y con alguna condición de salud. Se les pudo observar tomando de las manos a los que tenían alguna situación.
Aunque las personas esperaban que se movieran los recursos que los “motivan” a votar, otra parte de la población se veía entusiasmada de cumplir con el ejercicio de su derecho.
En las primeras horas de la mañana acudieron a sufragar los más mayores y los que tenían alguna enfermedad. Se esperó a que la votación fluyera más en las últimas horas de la tarde.
En los recintos de Santo Domingo Este, la acumulación de personas que estaban en las afuera era evidente. En ocasiones, una persona con características de algún liderazgo se movía y grupos de electores lo seguían. Sin embargo, los activistas políticos de oposición estaban listos para al menor ,movimiento de los oficialistas, hacer fotografía que usarían como evidencia de compra de votos.
El proselitismo cerca de los recintos de votación se observó en Los Mameyes, Villa Duarte y Santo Domingo Norte.
La población tuvo, como es tradición una presencia activa alrededor de los recintos. Mujeres peinadas con tubi (pelo enredado y con un gorro), otras con ajustadas licras y no faltaron las que iban con sugerentes pantalones cortos. El calor era sofocante en todo el país, pero la gente se defendía con abanicos en mano, tomaban suficiente agua, refrescos y café.