En el banco de espera, pero “no hay cama pa’ tanta gente”

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Cada año y para esta fecha, la población saca sus conclusiones sobre quienes pueden o no ocupar determinadas posiciones dentro del tren gubernamental. En las oficinas, en los grupos o chat de WhatsApp y en los barrios y esquinas, contertulios con ese tibio sabor de la sabiduría popular, “arman” sus gabinetes, nombran sus funcionarios, al tiempo que justifican sus narrativas en base a las “fuentes” privilegiadas que cada quien dice tener. 

Soy de los que piensa, que en estos momentos el mandatario Luis Abinader podría encontrarse abrumado, no solo por los problemas que como presidente enfrenta en el día a día para llevar soluciones a las difíciles situaciones que se les presentan como el primer funcionario del Estado.

En la actualidad y dentro del actual escenario, a lo interno de la organización oficialista hay varias personalidades que como Francisco Camacho, Andrés Burgos o un Jorge Radhamés Zorrilla Ozuna (solo por citar algunos ejemplos), se encuentran en el banco de espera para volver a ocupar posiciones privilegiadas y que como es natural, en tiempos como estos, tanto los nombres mencionados como otros salen a relucir como colofón de un libreto que ya hemos leído.

Es lógico llegar a determinada conclusión, pues dentro del aparato gubernamental hay funcionarios que merecen continuar al frente de sus instituciones, por los positivos frutos que como país estamos cosechando, mientras que otros, señor Presidente, entendemos que a usted no le puede temblar el pulso para removerlo o sencillamente cancelarlo, esto así, por el flaco papel que desempeñan a favor del desarrollo de la nación.

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En estos momentos el horno no está para galletitas. El partido oficialista se encuentra ante una situación muy delicada; en donde se deben definir con claridad ciertos puntos que si las fichas de este ajedrez no se saben mover, el panorama les podría resultar muy incierto.

El presidente necesita tener al frente de muchas de las instituciones ministeriales y de direcciones generales nacionales, a personas con sobrada inteligencia política emocional, defensora de su gobierno, no contestaria o rencillosa con sus mismos compañeros; con liderazgo, que no causen ruidos innecesarios, pero sobre todo, que tengan la sobrada experiencia para salirle al frente a muchas de las terribles situaciones que en un futuro no muy lejanos les podrían venir.

Muchos de sus compañeros, señor Presidente, deben de entender, que como bien dice uno de los estribillos de la fenecida guarachera del oriente de Cuba, Celia Cruz, “no hay cama pa’ tanta gente”, pero además deben de sopesar con la cabeza fría lo que en varias oportunidades hemos venido escribiendo tanto en este como en otros espacio, y es, que en la selva política hay un león que anda suelto y que con su garras bien afiladas y su veteranía, el  felino está enfilando sus cañones con la maestría que precisamente le ha dado la experiencia.



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