Redacción Internacional.- La empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) pronostica este miércoles apagones en el 44 % de Cuba, fundamentalmente en la zona centro-este del país, en uno de los mayores índices de afectación reportados en lo que va de año.
El de esta jornada es uno de los mayores porcentajes de afectación registrados en medio de la grave crisis energética que atraviesa la isla debido, principalmente, a la falta de combustible y el pésimo estado técnico de las siete centrales termoeléctricas, de factura soviética y con falta de inversiones y mantenimientos.
Hace dos semanas, la crisis provocó una desconexión total del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) que duró unos tres días. Tras el restablecimiento casi completo del servicio, los problemas estructurales del SEN persisten y, en consecuencia, los prolongados apagones diarios que en algunas zonas han alcanzado las 20 horas diarias.
La UNE, adscrita al Ministerio de Energía y Minas, calcula para la tarde-noche de esta jornada una capacidad máxima de generación eléctrica de 1,820 megavatios (MW) para una demanda que alcanzará los 3,150 MW.
El déficit -la diferencia entre oferta y demanda- será de 1,330 MW y la afectación -los circuitos que se desconectarán realmente- alcanzará los 1,400 MW durante la tarde-noche cuando aumenta la demanda de energía.
El informe diario de la UNE refiere que cinco unidades de generación se encuentran averiadas y otras tres, en mantenimiento. Además, 70 centrales de generación distribuida están fuera de servicio por falta de combustible (diesel y fueloil).
La crisis energética de los últimos años en Cuba se ha agravado desde finales de agosto y antes del apagón total los cortes de suministro se encontraban ya en máximos anuales, con tasas de afectación máxima entre el 41 y el 51 %.
El Gobierno cubano ha rentado en los últimos años varias centrales eléctricas flotantes para atenuar la falta de capacidad de generación, una solución rápida, pero costosa, contaminante y que no resuelve el problema estructural del SEN.
Los frecuentes cortes eléctricos dañan la economía cubana– que en 2023 se contrajo un 1,9 %, según datos oficiales- e impulsan el descontento social en una sociedad ya gravemente afectada por una crisis económica desde hace cuatro años.
También han desencadenado protestas antigubernamentales de los últimos años, incluidas las del 11 de julio de 2021 -las mayores en décadas-, las de Nuevitas y La Habana en agosto y septiembre de 2022, y las del pasado 17 de marzo en Santiago de Cuba (este) y otras localidades.