El teletrabajo siempre ha existido, aunque no como modalidad. Sin embargo, en estos últimos años, post pandemia por COVID 19, muchas empresas optaron por este nuevo estilo de trabajo que se hace desde el hogar o simplemente desde cualquier lugar que no sea la oficina del empleador.
De hecho, a finales de 2023, la administración pública aprobó resoluciones que motivan el trabajo virtual. El Senado de la República también aprobó un proyecto de ley para que el desempeño laboral a distancia se haga a través de normas.
Pero lo más importante del trabajo a distancia son los resultados y beneficios que genera en las empresas o en el empleador, en el trabajador y en la ciudadanía en su conjunto, por lo que me atrevo a afirmar que el teletrabajo, más que una opción, es una necesidad.
Una necesidad para descongestionar la ciudad de los taponamientos, porque todos sabemos cómo se pone el tráfico en las horas pico; para aumentar la productividad; ahorro de tiempo, dinero y combustible, tomando en cuenta que esta modalidad es propia de las sociedades modernas.
Luego de evaluar resultados con el teletrabajo, empresas de muchos países comenzaron a abrirse y a permitir que su capital humano realice labores desde sus casas, sin la necesidad de estar presencialmente.
Y, por otro lado, esto permitió a los ciudadanos abrir un abanico de oportunidades de negocios y preparación académica por la flexibilidad entre lo laboral, lo personal y en las tareas del hogar con los hijos, así como a estar menos expuestos a contraer virus y enfermarse.
Las empresas, además, pudieron experimentar reducciones en sus costes, entiéndase luz, maquinarias, transporte, almuerzos, entre otros componentes.
El uso de herramientas de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) a través de dispositivos móviles, tabletas, laptops, es lo que ha permitido el trabajo virtual o a distancia y es lo que está incidiendo en ese cambio casi obligatorio en algunos campos de empresas e instituciones del sector público y privado.
Hoy en día, el trabajo virtual o teletrabajo es una tendencia mundial, precisamente, por los resultados obtenidos. Si nos ponemos a ver, un empleado dominicano común que entra a las 8 de la mañana, pero que está despierto desde las 5 a.m. no va a rendir igual que uno que pudo descansar durante la noche y que comienza su jornada laboral relajado desde la casa.
Con esto no quiero decir que estemos promoviendo a un empleado holgazán, jamás, y por eso hablo también de crear las normativas para que el resultado sea óptimo para ambas partes.
Claro está que hay labores que no encajan en esta nueva modalidad, por la naturaleza del propio trabajo, pero aquellos que pueden realizar sus labores desde una pantalla, lo ideal es que lo puedan hacer desde cualquier lugar, ya sea su casa u oficina particular.
Este ha sido, sin duda, un punto positivo de la pandemia, el cual nos ha obligado a prepararnos mejor, a ser más competitivos y dar más en las tareas que nos asignan.