La tensión en Oriente Próximo sube de nivel tras las explosiones de buscas y walkie-talkies en Líbano, asociadas a acciones israelíes y que han provocado 38 muertes y más de 3.000 heridos en 48 horas, y que Hezbolá interpreta como una “declaración de guerra” del Estado hebreo y para lo que promete “venganza”.
La enemistad total de la milicia libanesa -que mantiene estrechos lazos con Hamás- e Israel viene de lejos y hunde sus raíces en la geopolítica de toda la región. Hezbolá es considerado, de hecho, la mayor amenaza cercana contra Israel por su capacidad militar y por sus posiciones radicales islamistas y antisionistas.
Un grupo armado con poder político y social
Al igual que Hamás, Hezbolá es una organización paramilitar formada por un brazo político y un brazo armado. De origen libanés y de doctrina musulmana, chíi e islamista, opera en Siria, Irak y Líbano, donde es además uno de los principales actores políticos en un país marcado por la inestabilidad por crisis políticas y económicas: fue el partido más votado en las últimas elecciones generales de 2022 (en las que se abstuvo más de la mitad de la población libanesa).
Considerada como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea (únicamente su brazo armado), Hezbolá (‘Partido de Dios’ en árabe) fue creado a principios de los años 80 en el marco de la Guerra Civil Libanesa (1982-1985) y la invasión israelí del sur del Líbano (1985-2000), y fue la única milicia que no depuso las armas tras los Acuerdos de Taif que dieron fin al conflicto. La presencia de Israel en el sur de Líbano, en la bautizada por los israelíes como “zona de seguridad” ante las operaciones de la OLP palestina en el país vecino, fomentó el ascenso y la consolidación de Hezbollah como principal movimiento anti-israelí.
La organización, que al igual que Hamás, funciona como una red asistencial a la población libanesa en sus áreas geográficas, mantiene tensiones con el Estado israelí desde después de la guerra: en 2006 secuestró a dos soldados israelíes, dando lugar a la Segunda Guerra del Líbano. Más allá de Israel, las milicias de Hezbolá participaron en la guerra civil siria en apoyo del dictador Bashar al Asad y se han extendido en los últimos años en varios países de América Latina, según apunta El Orden Mundial.
Hezbolá e Irán, un estrecho vínculo contra Israel
Hezbolá, como parte del Eje de la Resistencia iraní, está financiado, entrenado y armado por Teherán (el régimen teocrático con quien comparten los principios del Islam chíi). La milicia libanesa se caracteriza por ser una de las organizaciones más hostiles contra el sionismo y el estado de Israel, cuya existencia rechazan plenamente.
La organización, liderada por Hassan Nasrallah, es un grupo armado poderoso en la región y apoya plenamente la causa palestina, si bien tienen diferencias significativas (Hamás es suní, mientras que Hezbolá es chíi). Desde el comienzo de la guerra en Gaza, Hezbolá intensificó su apoyo y sus acciones en apoyo de Hamás y el territorio palestino contra Israel, lo que ha derivado desde hace meses en continuos enfrentamientos en el área del sur de Líbano.