El Kremlin reconoció este jueves el envío de test de covid por parte de Estados Unidos, pero negó supuestas llamadas telefónicas entre los presidentes ruso, Vladímir Putin, y el estadounidense, Donald Trump, una vez éste dejó el cargo.
“Enviamos un lote de ventiladores pulmonares a EE UU y los americanos nos enviaron varias muestras de test. Entonces, era una mercancía escasa, simplemente no había muchos”, dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Peskov recordó que los primeros test funcionaban “mal”, por lo que “todos los países intentaban intercambiarse algún tipo de ayuda”.
Libro de Bob Woodward
Con respecto a las supuestas llamadas telefónicas entre ambos mandatarios, “después de que Trump dejó de ser presidente”, Peskov fue categórico: “No es verdad, eso no ocurrió”.
El libro War del veterano periodista Bob Woodward asegura que Trump envió un test de covid al presidente ruso para su uso personal mientras el coronavirus asolaba el mundo en el año 2020.
Según Woodward, Putin, aterrorizado por el virus, aceptó los suministros, pero recomendó a Trump que no revelara que había enviado el escaso equipo médico a Moscú.
Además, según el libro, a principios de 2024 Trump ordenó a un asistente que se alejara de su oficina en Mar-a-Lago, su club privado y residencia de Florida, para poder realizar una llamada telefónica privada con el líder ruso.
Moscú apuesta por el regreso de Trump
El asistente anónimo de Trump citado en el libro indica que el magnate puede haber hablado con Putin hasta siete veces desde que dejó la Casa Blanca en 2021.
Por ese motivo, la vicepresidenta y candidata presidencial, Kamala Harris, arremetió en televisión contra su contrincante por ayudar a un dictador como Putin.
El jefe del Kremlin ha ironizado en los últimos meses sobre el apoyo del Kremlin al candidato demócrata -primero Joe Biden y ahora Harris-, aunque todos los analistas coinciden en que Moscú apuesta por el regreso de Trump a la Casa Blanca.