El juicio a 51 hombres por violaciones con sumisión química en Aviñón ha quedado este jueves suspendido hasta el lunes, a la espera de noticias sobre el estado de salud del principal acusado, Dominique Pélicot, ausente desde el martes. De hecho, si no se restablece, podría dar lugar a un aplazamiento mucho más prolongado.
El presidente del Tribunal de lo Criminal de Vaucluse (sureste de Francia), Roger Arata, ha señalado que el lunes habrá una audiencia para tomar una decisión sobre alargar el plazo a partir del informe médico que ha solicitado sobre Pélicot. Arata espera que ese documento le llegue durante el fin de semana, para que pueda comunicarles por adelantado a los abogados lo que se puede hacer y avisar a su vez a los acusados, a las víctimas y familiares para evitarles desplazamientos inútiles.
El presidente ha precisado que si Pélicot se presenta el lunes todo continuará, pero si no es así caben dos posibilidades: prolongar la suspensión unos días si se estima que puede volver rápidamente o aplazar todo el proceso, con todo lo que significaría de revisión total del calendario.
Algunos abogados todavía confían en que el aplazamiento se pueda evitar porque trastocaría a muchas personas directa o indirectamente afectadas por el proceso y afectaría a sus propias agendas de trabajo. El juicio, que comenzó el 2 de septiembre, debía prolongarse hasta una o dos semanas antes de Navidad.
La mayoría de las partes, empezando por la abogada del principal encausado, Béatrice Zavarro, han insistido en los últimos días en que no tenía sentido continuar sin él. Eso pese a que hay otros 50 hombres que se sientan en el banquillo en su inmensa mayoría por haber violado a Gisèle Pélicot, a la que durante casi diez años su marido estuvo drogando con ansiolíticos para dejarla inconsciente y grabar cómo otros tenían relaciones sexuales con ella.
Gisèle Pélicot no ha acudido este jueves al tribunal, a diferencia de los días anteriores, porque su ahora exmarido -el divorcio se formalizó el mes pasado- no estuvo presente. También porque la audiencia estuvo dedicada a los expertos que hablaron de los peritajes psicológicos que se hicieron a otros acusados durante la instrucción.
Uno de esos informes fue el de Jean-Pierre Maréchal, el único de los que se sientan en el banquillo que no está acusado por haber violado a Gisèle Pélicot, sino por haber seguido los pasos y las indicaciones de Dominique Pélicot para drogar a su propia mujer para violarla inconsciente y ofrecérsela a éste para que hiciera lo mismo.