Santo Domingo.- Un gesto silencioso pero conmovedor ha llamado la atención de vecinos y compañeros en un edificio de la ciudad. Se trata de un guardia que, día tras día, se alimenta exclusivamente con arroz, ajo y media cebolla morada.

Al preguntarle la razón de su dieta austera, el hombre explicó que su esposa e hijos viven en Venezuela, donde la crisis económica dificulta conseguir alimentos básicos, por lo que envía casi la totalidad de su salario para sostenerlos, quedándose con lo mínimo indispensable para sobrevivir.
Este sacrificio diario refleja un compromiso familiar que trasciende las palabras y demuestra que el amor verdadero puede superar cualquier adversidad.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


