El ejército israelí reiteró el lunes sus advertencias de que los palestinos en Gaza no regresen al maltrecho norte del territorio, al día siguiente de responsables hospitalarios en Gaza dijeran que cinco personas habían muerto cuando una multitud de residentes desplazados intentó llegar a sus hogares en la zona devastada por la guerra.
El norte de Gaza fue un objetivo inicial de la guerra de Israel contra Hamás y buena parte de la región ha quedado arrasada, lo que obligó a muchos de sus habitantes a huir al sur. Aunque se estima que unas 250.000 personas siguen viviendo en el norte, el ejército israelí ha impedido que la mayoría de los desplazados regresen durante los seis meses de guerra, con el argumento de que es una zona de combate.
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El ejército ha reducido el número de tropas que tiene en el enclave y dice haber aflojado el control de Hamás sobre el norte, aunque Israel sigue realizando bombardeos y operaciones dirigidas en la zona contra lo que describe como milicianos que intentan reorganizarse. El caso más notable fue la incursión de dos semanas en el principal hospital de Gaza, Shifa, que ha quedado en ruinas tras los combates y el asalto registrados durante el mes pasado.
El vocero militar israelí Avichay Adraee escribió en X, antes Twitter, que los palestinos deben quedarse en el sur de Gaza, donde se les ha dicho que se refugien, porque el norte es una “zona peligrosa de combate”.