El Día de los Muertos en Nicaragua: Tradiciones y celebraciones #FVDigital

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San José.- Miles de nicaragüenses acudieron este sábado con flores, coronas y músicas a los diferentes cementerios del país para conmemorar el Día de los Muertos.

Miles de familias compraron flores en las calles aledañas a los cementerios, con precios desde los 50 centavos de dólar a más de 50 dólares para engalonar los camposantos, constató Efe.

Las familias acudieron a los cementerios, donde limpiaron y decoraron las tumbas de sus difuntos con flores, generalmente de tonos vivos como el morado, el blanco y el amarillo.

Las flores más comunes fueron los claveles y las coronas de papel, aunque en algunas zonas también usaron otras flores locales.

Las familias llevaron baldes de agua, escobas y trapos para limpiar las lápidas y dejar todo impecable en honor a sus familiares.

El ambiente en los cementerios fue solemne, pero también hay un sentido de comunidad y respeto, ya que las personas se reunieron para recordar, compartir, orar y platicar.

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Sin misas por presunta prohibición

Por segundo año consecutivo, la conmemoración se celebró sin misas debido a que presuntamente se mantienen prohibidas por la Policía de Nicaragua,

Tradicionalmente los sacerdotes asistían a algunos camposantos de los 153 municipios nicaragüenses en donde oficiaban misa por los muertos y a petición de los fieles católicos se acercaban a las tumbas para rezar por algunos difuntos.

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La Conferencia Episcopal de Nicaragua no se ha pronunciado de forma oficial sobre la prohibición de las misas en los camposantos.

La Policía Nacional, que dirige Francisco Díaz, consuegro del presidente Daniel Ortega y la esposa de éste, la vicepresidenta Rosario Murillo, tampoco ha confirmado ni negado que ordenaron prohibir las misas en los cementerios.

En algunos casos los nicaragüenses se hicieron acompañar de músicos, donde además de la comida, degustaron del buñuelo y de la «sopa borracha», dulces empalagosos que consumieron al pie de las tumbas de sus seres queridos.

La gente comía alrededor de las tumbas y compartía un momento de reunión familiar, otros oraban o rezaban, se tomaban selfies, mientras se realizaba la limpieza de la zona.

Las lápidas y altares fueron decorados con velas, fotografías, y en ocasiones, serenata de mariachis.

En todos los cementerios de la capital hubo mucho presencia y control policial, según constató EFE durante un recorrido.

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Afuera de los cementerios, cientos de personas aprovecharon para ofertar flores y adornos, lo que provocó que se convirtiera en un pequeño mercado provisional.



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