El cuarto discurso del Estado de la Unión del Presidente Joe Biden, pronunciado este jueves en la noche, mostró una visión optimista acerca de la calidad de vida de la clase trabajadora. El mandatario en una enérgica y optimista alocución, que marcó la primera gran campanada de la campaña electoral por su reelección, describió un país “fuerte” económicamente. Pero a pesar de que subrayó que “nunca demonizará a los migrantes”, un desliz en donde hizo referencia a los “ilegales”, generó la furia de organizaciones de Nueva York que defienden los derechos de esta comunidad.
Casi a los minutos que terminara el discurso, Natalia Aristizabal, subdirectora de Make the Road New York reaccionó señalando que las comunidades de inmigrantes observaron con “profunda decepción cómo el presidente Biden no “dejó de difundir la hiriente etiqueta antiinmigrante”, utilizado por su predecesor y los extremistas seguidores de Donald Trump”.
“Cayó directamente en el alarmismo y adoptó un lenguaje deshumanizador al hablar de nuestro pueblo. El Presidente debería saberlo: ningún ser humano es ilegal. Todos, independientemente de nuestra apariencia, de dónde venimos o el idioma que hablemos, merecemos la libertad de permanecer y la libertad de prosperar en este país”, destacó.
La activista de una de las organizaciones de apoyo a los migrantes más grandes del área triestatal de Nueva York, remarcó que el mandatario nacional debe “ponerse en acción” para salvaguardar el derecho de asilo y cumplir su promesa de abrir un camino a la ciudadanía de los beneficiarios de DACA y a once millones de indocumentados que residen en el país.
“Hoy nuestras demandas siguen siendo más urgentes que nunca. Hacemos un llamado a la Casa Blanca para que deje de echarle la culpa a los republicanos. Y tome medidas que están a su alcance”, subrayó.
Algunos líderes demócratas reconocieron que se trató de un “error involuntario” para quien precisamente reconoció en su discurso la dignidad de los migrantes.
¿Cuántas víctimas de “ilegales”?
El origen de esta controversia tuvo lugar cuando el mandatario fue interrumpido por la congresista republicana Marjorie Taylor Greene, quien le reclamó por el asesinato de una estudiante de enfermería en Georgia, presuntamente a manos de un migrante venezolano: “Laken Riley era una joven inocente que fue asesinada por un ilegal. Es cierto. ¿Pero cuántas de las miles de personas que son asesinadas, son víctimas de ilegales?”.
La expresión de Biden al hablar de “ilegal” generó muchas preguntas y contrariedades, pues precisamente al principio de su administración un par de circulares enviadas a los jefes de La Migra y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de (CBP) ordenó dejar de usar el término “alien” y sustituirlo por “migrante” o “no ciudadano”.
También se ordenó parar de referirse al extranjero sin papeles como “ilegal” y en cambio llamarlo “indocumentado”.
Líderes de NY halagan a Biden
En Nueva York en donde precisamente todos lo indicadores y análisis muestran a una clase trabajadora que sobrevive ante las escasas opciones de vivienda asequible, batalla con mayores niveles de pobreza y además enfrenta una crisis migratoria, que en palabras de las mismas autoridades ha creado una vorágine humanitaria, la visión de Biden sobre el presente y el futuro del país, cae en un campo minado de opiniones polarizadas.
El alcalde Eric Adams, quien en los últimos 22 meses no ha disimulado su inconformidad de la forma cómo la Casa Blanca ha manejado el tema de la seguridad de la frontera y abiertamente ha insistido que la Gran Manzana está batallando “sola” con los efectos financieros que ha traído el flujo de más de 170,000 migrantes, desde la primavera de 2022, celebró que se pusiera sobre la mesa las prioridades de la clase trabajadora y una transformación en materia migratoria.
El mandatario municipal en un comunicado halagó las soluciones de sentido común para asegurar la frontera.
En efecto, Biden exigió al Congreso la aprobación del proyecto de ley bipartidista que, posibilitaría la contratación de miles de agentes fronterizos y cientos de jueces de inmigración, así como la adquisición de máquinas de alta tecnología para reforzar el control de la frontera sur del país. Culpó una vez más a la mayoría republicana de bloquear intencionalmente esta medida.
“Me ha alentado escuchar que está considerando gestionar nuestro fallido sistema de inmigración, es vital una estrategia para que no solo un pequeño grupo de ciudades, no estén afrontando la afluencia de solicitantes de asilo”, reaccionó Adams.
Pero esta estrategia planteada en la frontera tampoco es del agrado de organizaciones de Nueva York. Semanas atrás, Theo Oshiro, codirector ejecutivo de Make the Road New York, enfatizó que serían propuestas para desmantelar el sistema de asilo y “canalizar aún más miles de millones de dólares hacia los bolsillos de agencias que causan daño y destrozan a familias inmigrantes”.
Asimismo, el alcalde de la Ciudad de Nueva York aplaudió las políticas que de acuerdo a los balances oficiales, han llevado la economía en los últimos tres años, a generar empleos a niveles históricos, “incluso aquí en la ciudad de Nueva York, donde, hoy mismo, nos enteramos de que hemos alcanzado otro total récord de empleo en la historia”.
Asimismo, la gobernadora Kathy Hochul también compartió su opinión al exaltar los esfuerzos de Biden por la creación de empleos sin precedentes, una inversión extraordinaria en infraestructura y una protección audaz del derecho de las mujeres, a tomar sus propias decisiones sobre sus cuerpos.
“Fue delirante”
La congresista republicana Nicole Milliotakis, representante de Staten Island calificó como “delirante” el discurso presidencial.
En su cuenta de la red social X texteó que “mientras los estadounidenses luchan por poner comida en la mesa, pagar las facturas de servicios públicos y mantener un techo sobre sus cabezas, el presidente Biden cree que el Estado de la Unión es fuerte”, ironizó.
Además, la congresista neoyorquina consideró como una farsa que el mandatario nacional siga poniendo como excusa un supuesto bloqueo republicano, para poner freno a la “invasión de ilegales” en la frontera: “la Ley de Inmigración es clara. No solo se supone que aquellos que ingresan ilegalmente deben ser detenidos y deportados, según las secciones 1182 y 1225. El presidente tiene la discreción de hacer cumplir la permanencia en México, poner fin a las liberaciones. Y cerrar por completo nuestra frontera sur”.