El cerebro y la mente como herramientas de poder geopolítico (10)

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A lo largo de las diversas entregas que sobre la palabra poder, hemos venido analizando, a la  luz de los diferentes textos del geo estratega y académico militar, don Pedro Baños, en esta oportunidad, sobre “El dominio mental. La geopolítica de la mente”, nos hemos encontrado con datos más que reveladores, alarmantes.

Tal y como el mismo citado académico expresa, estos múltiples datos pudieran producir temor a quienes durante su aventura en la inmersión de sus páginas, los lectores no tomen el amplio grueso de informaciones con la debida inteligencia emocional que el presente texto y por su importancia para poder entender el mundo de hoy, demanda.

“Los peligros que acechan a la manipulación del cerebro de las personas son numerosos y crecientes. Este órgano es el centro de mando de nuestro cuerpo y de nuestra mente, rige todo lo que hacemos, sentimos o pensamos. Por tanto, quien tenga acceso a nuestro cerebro nos poseerá en su totalidad y nos manejará a su antojo”, página 281.

Lo hemos dicho y lo continuaremos repitiendo, el mundo está prácticamente a merced de los deseos de los que ejercen mayor control sobre la humanidad; estos se encuentran enfrascados en una férrea lucha para ver quién es el que en unos pocos años se quedará con el poder casi absoluto del resto del planeta.

Para ello, esas naciones que luchan en diversos escenarios para establecer su hegemonía no están escatimando esfuerzo alguno, ya sea a través de los avances tecnológicos o en el caso más particular y sombrío aún, como lo es el manejo de nuestras vidas a través del control de la mente y el cerebro.

Es por ello que recomendamos a los lectores que continúen profundizando sobre los interesantes temas que en este libro se tratan. Búsquenlo y escudriñe en cada una de sus páginas, y se darán cuenta de los estremecedores datos que en el presente texto hay, y los cuales en ocasiones hasta nos han parecido que es viviendo en una de esas películas post apocalípticas que estamos; pero no, la realidad es tan real dentro del mundo que vivimos, que no nos queda la menor duda que prácticamente estamos ante la antesala de una nueva era en donde el control cerebro-mente, y el control sobre la humanidad por la vía de la tecnología, serán los grandes rivales en donde los perdedores seremos y sin temor a equivocarnos, nosotros mismos.

Todos estos descubrimientos que a diario se hacen por parte de los países desarrollados, son sentencias sobre las cuales el mundo caminará en busca de una dirección absoluta, que es el control, el poder, el dominio que tendrá quien resulte vencedor al final de la jornada para quedarse con la mayor parte del pastel global.

“Conseguir incrementar las capacidades cerebrales y mentales de las fuerzas propias, al tiempo que se reducen o anulan las del enemigo, es una ventaja comparativa que puede inclinar de modo decisivo la balanza de la victoria a favor del ejército más avanzado tecnológicamente. Este objetivo lo podríamos calificar como la militarización de la mente, y hay suficientes indicios para pensar que ya es una realidad”, página 287.

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En el párrafo siguiente, “La investigaciones realizadas en el ámbito militar sobre el control  de la mente siguen una línea evolutiva que va desde el intento de control psicológico al de condicionar las emociones, la memoria, los procesos cognitivos y el comportamiento de las personas”, página 287, todo esto con un claro objetivo, que es lograr tener el control sobre la humanidad y así erigirse como los amos y señores del resto del planeta, y en donde es lógico enumerar, que tres son los países con el mayor cúmulo de poder para lograr tal propósito, y son Rusia, China y los Estados Unidos, las demás naciones, a pesar de que algunas son consideradas potencias, pero la realidad es, que estas se encuentran supeditadas a las decisiones de las primeras.

No en vano, esas “grandes potencias llevan a cabo complejos programas de investigación, con el ámbito científico puesto al servicio de la industria militar, en lo que dan carta blanca para descubrir y desarrollar armas neuronales, neuroarmas”, página 288.

Dentro del campo científico-militar algunas de las poderosas naciones que hemos mencionado y otras, han estado avanzando en varios tipos de drogas con las cuales y sumadas a la cadena de entrenamientos que en sus academias realizan, han estado desarrollando poderosos fármacos, con los cuales sus soldados pudieran permanecer sin dormir, ni comer solo accionando dentro del campo de batalla, horas, días y tal vez varias semanas, algo que si lo sumamos a los estudios que sobre la mente y el cerebro se han estado haciendo, y en donde ya se tienen algunos resultados, es casi seguro que se crearán además de los robots-militares, a cuerpos especializados que si no se manejan con la prudencia, la ética y los cuidados necesarios, podríamos decir que estaremos en un tiempo tal vez no muy lejano, gobernado por súper máquinas humanas, algo extremadamente peligroso para nuestra supervivencia como especie.

“Lo cierto es que conseguir soldados activos y conscientes durante el mayor tiempo posible se ha convertido en una obsesión para muchos ejércitos, que investigan sin cesar. En este sentido, a propósito del siglo XXI, Estados Unidos anunció el desarrollo de una droga que mantenía a los soldados despiertos  y mentalmente capaces durante siete días, con sus siete noches. Por su parte, el Gobierno chino publicitó que está experimentando con Águila Nocturna, una droga que, teóricamente, podría tener en plena actividad a un soldado hasta setenta y dos horas seguidas”, página 295.

Está siendo tan acelerado el proceso evolutivo dentro de los estamentos militares de esas naciones, que “De hecho, muchos ejércitos están valorando alterar artificialmente los cerebros de sus soldados, haciendo uso de los avances que la ciencia pone a su disposición, con el fin de evitar que los sesgos cognitivos, creencias o intuiciones de estos los impulsen a tomar decisiones inapropiadas”, página 299, y más adelante en la página 300, el destacado Coronel español no precisa, que “En el ámbito militar, con los implantes cerebrales, se persigue además de tratar el estrés postraumático, estimular el cerebro para incrementar la atención y la capacidad de reacción durante largos periodos de tiempo, al tiempo que limitar la interferencia de las emociones y otras actividades mentales no necesarias para la ejecución de la misión”.

Finalmente y para dejar el presente tema hasta aquí, no sin antes aclarar, que hay un sinfín de datos que bien pudieran ser objeto de iguales reflexiones como las que hemos hecho dentro del presente libro, “El dominio mental. La geopolítica de la mente”; sin embargo subrayamos, dejamos el mensaje de que si te consideras un ser pensante y preocupado por lo que ves a tu alrededor, repetimos, busca este libro y no solo lo leas, sino analízalo, desde el punto de vista crítico (si es posible), y te podrás dar cuenta de que como bien decimos en nuestros campos, “nos hemos quedado cortos” con lo que hasta ahora hemos expuesto, pues recordemos, que “Quien construye instrumentos de poder jamás piensa compartirlo… y mucho menos perderlo”, página 314.



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