A decir por sus números y sus logros, Jay Wheeler se perfila como uno de los fenómenos más recientes del movimiento reguetonero de Puerto Rico.
Daddy Yankee fue quizá el primero de la isla que puso la vara hasta un punto que muchos imaginaron insuperable. Pero apareció Bad Bunny y destronó a cualquier cantante de ese género con un innovador estilo que fusiona ritmos aparentemente disímiles.
Jay, sin embargo, tiene otros planes para él.
“Todos trabajamos para ser grandes”, dijo en una entrevista reciente. “Pero no es mi enfoque”.
El cantante de trap y reguetón, que tiene más de ocho millones de seguidores tan solo en Instagram, está convencido de que está en el lugar que debe estar.
“No me hace falta ser el número uno ni el número dos para sentirme feliz”, dijo en una entrevista por zoom. “Creo que el norte de todos los artistas es trabajar duro para ser número uno, trabajar para tener números grandes. Pero antes que nada, de lo que se trata es de ser fiel a tu estilo, aunque la tendencia sea otra”.
En las semanas recientes, Jay ha estrenado dos temas del que será su nuevo álbum, que saldrá al mercado el 25 de este mes. Los cortes, “Historia” y “Otros más” estarán incluidos en “Música buena, para días malos”, producción que tendrá más de diez canciones.
Ambas canciones hablan del amor —y del desamor—, el tema que más le gusta interpretar a José Ángel López Martínez, nombre verdadero de Jay, quien tiene 29 años y está casado con la también cantante puertorriqueña Zhamira Zambrano. Él la describe como música romántica, música triste.
“Pero yo vengo del trap, y siento que la gente extrañaba el reguetón”, dijo. “Y quise mezclar los dos en un disco”.
Así que en su próxima gira, que comienza en junio en Nueva York, y que lleva por nombre Trappii, incluirá todo su repertorio: las canciones trap que lo hicieron popular y que tienen contenido explícito, y las canciones de amor en las que ha trabajado en sus últimos discos para que sea su marca.
“Hacemos música para el amor, que es lo que me representa”, dijo. “Siempre voy a cantar música para el amor, para las emociones, para los tristes, para los que están enamorados; eso no lo voy a dejar nunca”.
