El impacto del aislamiento social en el proceso de envejecimiento y la salud ha sido objeto de un estudio innovador llevado a cabo por investigadores de la prestigiosa Clínica Mayo. Publicado en el Journal of the American College of Cardiology: Advances, este estudio resalta la conexión sorprendente entre el aislamiento social y el envejecimiento acelerado, así como un mayor riesgo de mortalidad por diversas causas.
El estudio, que involucró a más de 280,000 adultos que buscaron atención ambulatoria en la Clínica Mayo entre junio de 2019 y marzo de 2022, reveló resultados impactantes. Utilizando un algoritmo habilitado por inteligencia artificial (IA) aplicado a registros de electrocardiogramas (ECG), los investigadores pudieron estimar la edad biológica de los participantes y compararla con su edad cronológica real.
Los resultados mostraron una correlación significativa entre el aislamiento social y el envejecimiento biológico acelerado. Aquellos con niveles más altos de aislamiento social tenían una edad biológica ligeramente mayor que su edad cronológica, mientras que los individuos con conexiones sociales más fuertes tenían una edad biológica más joven que su edad real.
Aislamiento social y riesgo de muerte
Además, durante un seguimiento de 24 meses, se observó una tasa de mortalidad del 4.9%, con un claro vínculo entre el aislamiento social y un mayor riesgo de muerte. Aquellos con conexiones sociales más sólidas tenían un riesgo de mortalidad un 53% menor en comparación con aquellos más aislados, incluso después de ajustar por factores demográficos y comorbilidades clínicas.
El Dr. Amir Lerman, cardiólogo de Mayo Clinic y autor principal del estudio, destacó la importancia de estos hallazgos: “Este estudio subraya la interacción crítica entre el aislamiento social, la salud y el proceso de envejecimiento. El aislamiento social combinado con condiciones demográficas y médicas parece ser un factor de riesgo importante para el envejecimiento acelerado”.
Sin embargo, el estudio también reconoce sus limitaciones, como la falta de diversidad racial en la muestra y los desafíos asociados con el uso de IA para estimar la edad biológica. Además, la cohorte estudiada consistía en personas que buscaban atención médica, lo que podría afectar la generalización de los resultados a la población en general.
A pesar de estas limitaciones, los investigadores enfatizan la importancia de explorar intervenciones que puedan contrarrestar los efectos negativos del aislamiento social en la salud y el envejecimiento. El Dr. Lerman sugiere que cambios en el estilo de vida, como aumentar la interacción social, realizar ejercicio regularmente, mantener una dieta saludable y dejar de fumar, podrían tener un impacto significativo en la salud general y en el proceso de envejecimiento.
Este estudio destaca la necesidad de integrar los determinantes sociales de la salud en las evaluaciones y tratamientos médicos, así como la importancia de desarrollar intervenciones dirigidas a mejorar las conexiones sociales para promover un envejecimiento saludable y reducir el riesgo de mortalidad prematura.
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