El acero y su vulnerabilidad al calor, según Jesús Mañón

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Redacción. – A propósito de la tragedia por el desplome del techo de la discoteca Jet Set, que hasta el momento ha dejado por lo menos 79 personas fallecidas y mas de 150 heridas, en el mundo de la construcción, el acero es uno de los materiales más nobles y resistentes, siendo clave para mantener la integridad de las estructuras cuando se combina con concreto. Sin embargo, uno de los mayores retos del acero es su vulnerabilidad al calor, un problema crítico en caso de incendios.

Jesús Mañón, tecnólogo en materiales de construcción, explica la importancia de proteger este material para evitar consecuencias graves en situaciones extremas.

El principal problema del acero, según Mañón, es su reacción al calor. Cuando el acero se expone a temperaturas superiores a los 500 grados Celsius, puede perder sus propiedades estructurales, lo que podría llevar al colapso de un edificio si no se toman medidas adecuadas. «Un incendio pequeño en una oficina, originado por una alfombra o un mueble en llamas, puede alcanzar fácilmente esos 500 grados Celsius. En un edificio de acero, si hay peso encima, esto puede provocar el colapso», explica Mañón.

El experto señaló que uno de los métodos más eficaces para proteger el acero contra el calor es el uso de pinturas intumescentes o cementicias. Estas pinturas, que se aplican al acero, permiten que el material se mantenga frío durante el tiempo necesario para que las personas puedan evacuar el edificio sin que se derrumbe. Según Mañón, existen pinturas intumescentes que pueden proteger el acero entre una y cuatro horas, dependiendo de las necesidades de cada proyecto. «Hemos recomendado el uso de estas pinturas en varios megaproyectos en el país, ya sea por sugerencia del fabricante o como requisito del propietario del edificio», comentó.

La tecnología de protección del acero no es nueva y es una norma internacional que asegura la seguridad de las edificaciones en caso de incendio. Para Mañón, es esencial que esta tecnología se aplique globalmente para prevenir tragedias. En cuanto a la evolución de las técnicas constructivas, destacó que los materiales y procesos han cambiado significativamente desde los años 60 y 70. Un ejemplo claro es el uso de morteros ignífugos, que han reemplazado al tradicional pañete de arena y cemento. «Ahora se utilizan morteros con perlita y vermiculita, partículas no inflamables que mejoran la protección de las estructuras», indicó.

La perlita y la vermiculita, según Mañón, son minerales que se añaden al pañete para evitar que el calor traspase al acero que se encuentra en el interior de las paredes. «Cuando se utiliza este material, la varilla de acero está protegida del fuego, lo que asegura que la estructura no pierda sus propiedades y se mantenga funcional», explicó.

Aunque los materiales ignífugos y las pinturas intumescentes son más costosos que los materiales convencionales, Mañón enfatizó que su uso ya es un estándar en países avanzados como Estados Unidos y Europa. Sin embargo, en países en desarrollo como la República Dominicana, aún no se aplica de manera generalizada. «Aunque estamos copiando el uso del acero en nuestras construcciones, no siempre estamos aplicando las mejores prácticas de protección contra el fuego», afirmó.

En resumen, la protección del acero en las edificaciones es crucial para garantizar la seguridad estructural en caso de incendio. Aunque los costos sean más elevados, el uso de materiales adecuados para prevenir el colapso es esencial para proteger tanto a las personas como a los edificios. La implementación de estas tecnologías debe ser una prioridad en todos los proyectos de construcción para evitar tragedias evitables.





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