Las autoridades de Estados Unidos han impuesto este jueves sanciones contra 16 funcionarios venezolanos, entre ellos miembros del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y del Consejo Nacional Electoral (CNE), por “impedir un proceso electoral inclusivo y competitivo” en Venezuela. Además, han sido sancionados por “violar los Derechos Humanos y civiles” de la población del país caribeño en relación con las elecciones celebradas el pasado mes de julio.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro del país norteamericano ha indicado en un comunicado que entre estos altos cargos se encuentran miembros del CNE. Esta entidad fue la que proclamó la victoria de Nicolás Maduro sin que el chavismo haya hecho públicas de momento las actas que confirmarían su triunfo electoral, así como varios magistrados del Tribunal Supremo.
El Gobierno estadounidense, que también ha impuesto restricciones contra figuras importantes del Ejército y la Inteligencia venezolana por los actos de “represión” ejercidos tras la votación, considera que todos los sancionados han “obstaculizado la realización de un proceso electoral transparente” y han evitado publicar “los resultados precisos” de estos comicios.
Venezuela denuncia un “nuevo crimen de agresión”
Poco después de conocerse las sanciones aplicadas por la Administración estadounidense, el Gobierno de Venezuela ha salido al paso para denunciar que estas “medidas coercitivas unilaterales, ilegítimas e ilegales” constituyen un “nuevo crimen de agresión“. Para Caracas, estas medidas buscan “congraciarse con una clase política que ha echado mano a prácticas fascistas y violentas” y confirman el “total desprecio” de Estados Unidos por “el derecho internacional, la autodeterminación de los pueblos y la voluntad democrática de los venezolanos”.
“Las erróneamente denominadas ‘sanciones’, que han sido vergonzosamente promovidas por la extrema derecha fascista, rompen y violan los acuerdos firmados en Qatar y pretenden imponer a todo un país y sus instituciones las políticas de ‘cambio de régimen'”, añade el escrito, difundido por el ministro de Exteriores venezolano, Yvan Gil, en su canal de Telegram. En este contexto, Venezuela ha aprovechado para acusar a Estados Unidos de ser “la potencia más hostil y sanguinaria que ha conocido la humanidad”, al mismo tiempo que es “responsable de millones de asesinatos en el mundo con sus socios genocidas”.
“El Gobierno de Estados Unidos nuevamente recorrerá el camino del fracaso y será derrotado por la dignidad de Venezuela, que continuará conquistando nuevos logros, fortaleciendo su economía, consolidando su proceso democrático participativo y protagónico y, sobre todo, afianzando sus lazos con otras naciones del mundo que sí entienden de diplomacia, respeto y cooperación para el beneficio mutuo”, señala el escrito.
Finalmente, el Ejecutivo venezolano ha apelado al “mundo multicéntrico y pluripolar” del que hablaba el expresidente Hugo Chávez y ha aseverado que “no habrá agresión y amenaza que separe a la patria de Bolívar de su papel protagónico, mientras las prácticas del imperialismo sucumben en su sistémica miseria moral”. “El Gobierno del Estado agresor se aísla en su frustración, mientras Venezuela se crece y vence. Esta arremetida contra personas que, día a día, defienden la soberanía y la paz de la Nación no hace sino ratificar su voluntad de sacrificio y merecerles el reconocimiento de toda la población”, ha remachado Caracas.