El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, avanzó este viernes en la base aérea de Ramstein, en Alemania, que el presidente Joe Biden anunciará este viernes un paquete de 250 millones de dólares de apoyo para la seguridad de Ucrania.
“Hay que apresurarse, en especial con el invierno en camino”, declaró Austin al abrir un encuentro del grupo de contacto para la defensa de Ucrania (el conocido como formato Ramstein), al que asistió por primera vez el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
El secretario de Defensa estadounidense enumeró las más recientes contribuciones en apoyo militar de los aliados y recordó que desde la última reunión del grupo en junio, Washington ha comprometido 4.000 millones de dólares en ayudas a Kiev.
“Este grupo sigue ayudando a Ucrania a repeler la agresión rusa hoy y a disuadir la agresión rusa mañana“, aseveró.
Austin subrayó no obstante que para garantizar su seguridad a largo plazo, Ucrania debe seguir reforzando su propia producción de armamento, para lo que también recibirá el apoyo de EEUU y de otros aliados.
En ese sentido citó como ejemplo la cooperación que su país está prestando a Kiev para desarrollar sustitutos propios de los misiles S-300 y R-27 o el suministro de componentes para la fabricación de drones y sistemas de guerra electrónica.
“Una agresión continúa si no se la detiene”, aseguró el secretario de Defensa, que argumentó que si los autócratas piensan que las “naciones de buena voluntad” han perdido la capacidad de poner orden a nivel global el mundo se volverá “más peligroso”.
Austin enumeró además algunos de los logros alcanzados durante la guerra por el Ejército ucraniano con la ayuda de sus aliados.
Desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022 han muerto o resultado heridos en combate 350.000 soldados rusos, y han sido dañados o destruidos 32 buques militares y 97 aviones de combate.
Además, afirmó, Kiev ha logrado expulsar a la flota rusa del mar Negro de Crimea y, con el hundimiento de uno de los tres ferries que operaban en el estrecho de Kerch, ha reducido la capacidad de Rusia de desplazar a la península ocupada tropas y equipamiento.