Estados Unidos atribuyó las protestas en Cuba a una “situación desesperada” por los apagones y la escasez de alimentos y consideró absurdo que se le acuse de injerencia, afirmó este lunes un portavoz del departamento de Estado.
“Estados Unidos no está detrás de estas protestas en Cuba y la acusación es absurda”, declaró a los periodistas Vedant Patel después de que el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en La Habana, Benjamín Ziff, fuera convocado a la cancillería.
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El viceministro Carlos Fernández de Cossío “trasladó formalmente” a Ziff “el firme rechazo a la conducta injerencista y los mensajes calumniosos del gobierno estadounidense y su embajada en Cuba ante asuntos internos de la realidad cubana”, señaló la cancillería cubana en un comunicado.
“Estados Unidos apoya al pueblo cubano en el ejercicio de su derecho a reunirse pacíficamente”, expresó por su parte en redes sociales Brian Nichols, el encargado del Departamento de Estado para América Latina.
Nichols opinó, además, que “el Gobierno cubano no podrá satisfacer las necesidades de su pueblo hasta que adopte la democracia y el Estado de derecho y respete los derechos de los ciudadanos”.
Cientos de personas protestaron el domingo en Santiago de Cuba, en el este de la isla, tras varios días de apagones de hasta 13 horas diarios y por la escasez de comida.
Fue una de las mayores jornadas de manifestaciones antigubernamentales registradas en Cuba desde el 11 de julio de 2021, las más numerosas protestas en décadas, en línea con las de Nuevitas (2022) y Caimanera (2023).
Los apagones se han agravado en los dos últimos meses por averías en las obsoletas centrales de factura soviética y la falta de combustible, con tasas de cortes eléctricos de hasta el 45% en los momentos de mayor demanda. Estas fallas suman más de 10 horas al día en muchas provincias del país.