Editorial: Intimidación a magistrados – El Diario NY

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Suele ocurrir que un juez reciba una amenaza de algún demandante insatisfecho, de un acusado enojado o un delincuente en busca de venganza. El impacto suele ser mínimo por la infrecuencia y lo aislado de estos hechos.

No es lo mismo cuando la fuente de la intimidación es un candidato presidencial cuyo fin es movilizar a sus seguidores para presionar a los magistrados en sus decisiones con el fin de evitar el funcionamiento normal de la justicia.

Este es lamentablemente el caso de Donald Trump. El ex presidente fiel a su conducta disruptiva de los procesos institucionales ahora apunta a los jueces que tienen en sus manos cuatro casos con un total de 91 cargos serios que van desde fraude en sus negocios a sabotear el resultado de una elección y apropiarse indebidamente de documentos presidenciales.

El republicano convirtió los tribunales en otra parte de la campaña presidencial, así los jueces -sus familiares- y fiscales pasaron a ser rivales políticos que no están a salvo de las amenazas e insultos a través de redes sociales para levantar la indignación en su base.

No se salvan de la ira de Trump ni los jueces designados por presidentes republicanos que hoy procesan a los invasores del Congreso 6 de enero de 2020. La calificación de rehenes, patriotas y presos políticos de los procesados tiene el fin de exacerbar los ánimos de sus seguidores.

Un análisis de la agencia Reuters estima que a partir de junio de 2015 hasta hoy se han triplicado las amenazas a los jueces, fiscales federales , personal de justicia y edificios de tribunales. Entre fines de 2020 hasta 2023 las intimidación a los jueces federales pasaron de 220 a 457. También 57 fiscales federales fueron amenazados según el departamento de Justicia.

La jueza Tanya Chutkan a cargo del caso por interferencia electoral está bajo protección las 24 horas debido a las amenazas de los simpatizantes de Trump.

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En el amedrentamiento se repiten las mismas expresiones y se usa el mismo lenguaje que Trump utiliza para desmerecer las acciones de los funcionarios judiciales.

El fin es denigrar y pervertir el sistema judicial tal como lo ha hecho con la presidencia y con el Congreso a través de su influencia en la bancada republicana. Lo inaceptable y condenable pasa a ser una moneda corriente bajo Trump.

Si bien no es muy común encarcelar a quienes amenazan a los jueces, si fueron condenados algunos que alcanzaron el nivel de agresividad del ex presidente que llega, por ejemplo, a calumniar la hija de un juez.
El sistema judicial necesita de autoridades judiciales independientes imparciales.

Las intimidaciones por parte de Trump y sus seguidores quieren destruir la credibilidad de la justicia y dar un nuevo manto de inmunidad a quien cree que está por encima de la ley.

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