“¿Por qué me lo mataron si ya se llevaron todo?”, gritaba Violeta Encarnación, esposa del profesor de Educación Física asesinado el martes durante un asalto cerca del residencial Riviera del Caribe en Boca Chica, Santo Domingo.
Eddy Antonio de la Cruz Pérez, de 43 años, conocido por su puntualidad y responsabilidad, despertó la preocupación de su familia y colegas cuando no llegó a trabajar. Violeta, que había viajado el lunes a San Juan por trabajo, se inquietó al no recibir su habitual mensaje matutino cerca de las 9:00 a.m. “Me parecía raro que no me llamara temprano”, relató, por lo que pidió a sus familiares que se comunicaran con la escuela.
Al contactar la Escuela Básica María Caro, donde Eddy trabajaba desde hacía dos años, también estaban alarmados por su ausencia. Poco después, les informaron que había sido asesinado; le habían robado todas sus pertenencias y fue identificado por su uniforme escolar.
Misaira Britus Santana, directora de la escuela, destacó la dedicación de Eddy, describiéndolo como un maestro responsable que siempre llegaba temprano. Desde las 8:20 a.m. todos comenzaron a preocuparse por su falta. Calificó su asesinato como “muy indignante” y espera que las autoridades atrapen a los responsables.
Familiares de Eddy lo describen como un padre cariñoso, buen amigo y muy querido, tanto por su familia como por sus vecinos en Brisas del Este. Además de su labor docente, trabajaba como taxista en plataformas digitales.
Su hermana, Andry de la Cruz, afirmó que su hermano siempre tomaba la misma ruta al trabajo y nunca tuvo problemas con nadie.
El cuerpo de Eddy seguía el miércoles en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, y su familia espera recibirlo para velarlo en su hogar antes de ser enterrado en el cementerio Cristo Salvador. Dejó en la orfandad a cuatro hijos menores.
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