El daltonismo se conoce como un defecto de origen genético que impide discernir apropiadamente los colores. Un 8% de hombres en el mundo son daltónicos, pero más alarmante resulta reconocer la enorme cantidad de daltónicos espirituales. Cuando San Pablo imploró al Padre para que les abriera los ojos del entendimiento, sabía que este tipo de daltónicos, sólo puede observar las circunstancias según las tonalidades de sus pasiones y que el color de sus temores es el detonante de su enfoque. Muy semejantes son quienes ven todo en escala de grises, miran los colores alterados, o bajo luces artificiales en el parpadear claro oscuro de la noche. Cuando bloqueamos el paso a la luz del consejo divino, nuestra realidad vivirá eclipsada por grises cerebros que no admiten a un arcoíris penetrar tu corazón.
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