Drogas y alcohol adulterado desatan ola de muertes en jóvenes dominicanos

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El Observatorio de Derechos Humanos para Grupos Vulnerables (ODHGV), dirigido por el comunicador Manuel Meccariello, ha lanzado una seria advertencia sobre el alarmante aumento de muertes entre jóvenes dominicanos debido al consumo de drogas adulteradas y alcohol.

Según la entidad, sustancias como la Molly, el Tussy, el fentanilo y el alcohol adulterado están cobrando vidas en barrios populares y sectores de clase media y alta, afectando principalmente a jóvenes de 13 a 17 años.

Molly: Un peligro mortal en las comunidades

La Molly, un derivado adulterado del éxtasis, se vende en los barrios populares por tan solo 100 pesos. Meccariello denunció que esta droga se mezcla con químicos peligrosos como veneno para ratas y acetona, aumentando significativamente el riesgo para los jóvenes consumidores. Los efectos incluyen taquicardia, hipertensión y descontrol de la temperatura corporal, lo que ha provocado la muerte de varios adolescentes este año.

Tussy y Fentanilo: Nuevas amenazas letales

El Tussy, conocido por su color rosado similar a los cosméticos, se distribuye entre jóvenes de clase media y media alta, siendo consumido en fiestas donde pasa desapercibido. Además, el fentanilo, un opiáceo sintético extremadamente potente y responsable de crisis de salud en otros países, ha comenzado a circular en la República Dominicana, con casos confirmados en Nagua, contribuyendo a una crisis de salud pública alarmante.

Alcohol adulterado: Consecuencias trágicas

El consumo de alcohol adulterado, sumado a la presión social en fiestas para consumir grandes cantidades de alcohol fuerte, está provocando accidentes fatales. Las muertes por accidentes de tránsito y los problemas de salud severos, como depresión y ataques cardíacos, aumentan cuando se combina alcohol con estimulantes sexuales.

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Un llamado urgente a las autoridades

Meccariello llamó a las autoridades a tratar esta situación como un problema de salud pública, señalando que la “guerra contra las drogas” no ha resuelto el problema. Urge un enfoque basado en la salud y los derechos humanos, revisión de la Ley 50-88 sobre drogas y la implementación de políticas de reducción de daños.

Acción inmediata

“No podemos invisibilizar este problema”, afirmó Meccariello, advirtiendo que la discriminación y el rechazo hacia los consumidores perpetúan la violencia. El Observatorio insta a priorizar la prevención, educación y rehabilitación, en lugar de políticas punitivas que no abordan la raíz del problema. El ODHGV también reconoce la labor del Centro de Orientación e Investigación Integral (COIN) en la prevención del VIH/SIDA entre jóvenes que consumen drogas.

Por: Itzel Olivo

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