Un nuevo estudio muestra que el riesgo de desarrollar síntomas prolongados de COVID-19 ha disminuido.
Los investigadores examinaron millones de registros médicos del Departamento de Asuntos de los Veteranos.
Durante la primera ola de COVID-19, el diez por ciento de las personas que se infectaron desarrollaron COVID prolongado. Las vacunas ayudaron a reducir ese riesgo a la mitad cuando llegó la variante delta, y luego se redujo a tres y medio por ciento de los vacunados con el arribo de Omicrom a finales de 2021.
Las personas no inoculadas duplican el riesgo de desarrollar síntomas prolongados de COVID.
Según el estudio, alrededor del siete por ciento de los adultos, unas 18 millones de personas, han tenido COVID prolongado en algún momento.
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