La ministra británica de Transportes, Louise Haigh, ha dimitido este viernes de su cargo en el Gobierno laborista de Keir Starmer tras conocerse que en 2014 admitió un delito de falso testimonio a la Policía por decir en 2013 que le habían robado el móvil del trabajo en un atraco cuando, en realidad, después lo encontró.
La ministra ha señalado en una carta dirigida a Starmer que, pese a que lo ocurrido fue “un error” que se resolvió sin que fuera penalizada, no quiere que suponga una distracción en la labor del Ejecutivo. Así, Haigh ha asegurado que sigue comprometida con el proyecto laborista y lo apoyará como diputada en la Cámara de los Comunes.
La decisión de la política, que es diputada desde 2015, se produce después de que el jueves Sky News y The Times publicaran que en 2014 se había declarado culpable ante la Justicia de haber mentido a la Policía en relación a dicho atraco.
Ante esta admisión, el tribunal la dejó ir sin ningún cargo, que es el desenlace mínimo posible cuando se considera que la propia condición de imputada es suficiente castigo, según ha explicado en la misiva.
“Lamento tener que marcharme en estas circunstancias, pero estoy orgullosa de lo que hemos hecho. Seguiré luchando todos los días por la gente de Sheffield Heeley, por la que fui elegida para representarla”, ha declarado la que ha sido la ministra de 37 años, la más joven de la historia del Reino Unido.
En su respuesta, el primer ministro le ha agradecido su trabajo para “llevar a cabo la ambiciosa agenda de transporte de este Gobierno” , de la que destacó los avances para renacionalizar el sistema ferroviario, una de las prioridades de este Ejecutivo.
Esta dimisión es la primera de un ministro de este Gobierno desde que el Partido Laborista llegase al poder tras ganar por mayoría absoluta las elecciones del 4 de julio, que pusieron fin a 14 años de mandato conservador.