Día Internacional de la Concienciación sobre la Tartamudez: romper el silencio del prejuicio

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Por Abril Peña Abreu

@abrilpenaabreu

FVDigital, Santo Domingo. – Cada 22 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Concienciación sobre la Tartamudez, una fecha proclamada por la Asociación Internacional de la Tartamudez (ISA) y respaldada por la ONU, con el propósito de crear conciencia sobre los desafíos que enfrentan las personas que tartamudean y derribar los estigmas sociales que aún persisten.

Aunque suele asociarse únicamente a un problema del habla, la tartamudez es una condición neurológica que afecta la fluidez del lenguaje y se manifiesta desde la infancia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 1 % de la población mundial vive con algún grado de tartamudez. Esto significa que en República Dominicana podría haber más de 100 mil personas que la padecen, muchas de ellas sin diagnóstico ni tratamiento adecuado.

La tartamudez no se origina por nerviosismo ni por falta de inteligencia. Estudios neurológicos demuestran que las personas que tartamudean presentan diferencias en la coordinación de las áreas cerebrales que controlan el habla.

Sin embargo, el mayor desafío no siempre está en la dificultad para comunicarse, sino en el rechazo social, la discriminación y la falta de comprensión de su entorno.

En muchos países, los niños que tartamudean son víctimas de burlas y aislamiento escolar; y en la vida adulta, enfrentan barreras para acceder a empleos, entrevistas o espacios donde se valore su voz.

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En República Dominicana, aún existe escasa información y pocos programas públicos de apoyo a personas con trastornos del habla. Los tratamientos especializados —como la terapia fonoaudiológica— suelen concentrarse en el sector privado, lo que limita el acceso a las familias de menores ingresos.

Algunos centros universitarios y clínicas privadas ofrecen acompañamiento terapéutico, pero se requiere una política nacional de detección temprana y apoyo integral, especialmente en las escuelas.

Cada año, el lema de esta conmemoración cambia, pero el mensaje es siempre el mismo: dar voz a quienes el miedo, la burla o la incomprensión intentan callar.

Promover la empatía, no interrumpir, no completar las frases por ellos y escuchar con paciencia son gestos sencillos que pueden transformar la experiencia comunicativa de una persona que tartamudea.

Romper el silencio del prejuicio es tarea de todos. Porque hablar con pausas no significa tener menos que decir.

**REDACCIÓN FV MEDIOS**