La noche del jueves 18 de septiembre, Deyse Gomes da Silva, de 30 años, perdió la vida tras ser atacada a tiros en el barrio Curado IV, ubicado en Jaboatão dos Guararapes, en la Región Metropolitana de Recife, Brasil.
Gomes da Silva se dedicaba a trabajos eventuales en el área de estética y, poco antes del crimen, había compartido en sus perfiles de redes sociales varios videos en los que responsabilizaba directamente a su padre en caso de sufrir algún atentado contra su vida.
En dichas grabaciones, la mujer relataba conflictos familiares y situaciones de tensión que atravesaba en su entorno cercano.
En los mensajes difundidos en internet, la víctima aseguró que había sido presionada económicamente por su progenitor, a quien acusaba de cobrarle intereses abusivos por pequeños préstamos de dinero.
También denunció comportamientos presuntamente ilícitos relacionados con menores de edad y el consumo de drogas, afirmando que no tenía miedo de exponerlo públicamente.
En una de sus declaraciones, dejó registrado: “Si algo me pasa, fue mi padre. Eso es lo único que tengo que decir”.
Los videos comenzaron a circular en redes sociales poco después del crimen y ya forman parte del material analizado por las autoridades.
El ataque ocurrió minutos después de que Gomes da Silva asistiera a un servicio religioso en una iglesia evangélica a la que pertenecía.
La mujer incluso grabó extractos del sermón del pastor, en los que se hacía un llamado a perdonar a quienes ofenden, antes de retirarse del templo.
La Policía Civil de Pernambuco informó que el caso permanece bajo investigación. Hasta el momento no se ha identificado al autor de los disparos ni se ha establecido de manera oficial el móvil del homicidio.
Las autoridades confirmaron que continúan con las diligencias para esclarecer el crimen en su totalidad.
