Con profundo pesar se dio a conocer que la Dra. Leslie Acosta dejó de vivir a raíz de un paro cardíaco. Su partida marca un momento de gran tristeza para quienes la conocieron en distintos ámbitos de su vida personal y profesional.
La Dra. Acosta fue reconocida por su alto nivel de compromiso con sus pacientes, así como por su dedicación constante a su vocación médica. A lo largo de su carrera, mostró siempre una actitud entregada, caracterizada por su cercanía humana y su disposición para brindar atención con esmero.
Su entorno más cercano la recuerda no solo como una profesional de excelencia, sino como una mujer que hizo de la empatía y el servicio sus valores fundamentales. Su legado se mantiene presente en las personas con quienes compartió su conocimiento y su trato respetuoso.
“Hoy despedimos no solo a una gran profesional, sino a una mujer excepcional, dedicada a sus pacientes y siempre comprometida con su vocación.” Esta declaración sintetiza el reconocimiento que colegas, pacientes y allegados le expresaron públicamente.
A través de un mensaje institucional, se hicieron llegar condolencias a sus familiares, amistades y colegas, quienes enfrentan este momento difícil con el recuerdo de su calidad humana. “Extendemos nuestras más sinceras condolencias a su familia, amigos, colegas y a todas las personas que tuvieron el privilegio de conocerla y compartir con ella.”
El impacto de su trabajo en la comunidad médica y en la vida de quienes trataron con ella es un reflejo de su entrega constante. Su figura permanece como una referencia para muchos en el ámbito de la salud, destacándose tanto por sus conocimientos como por su trato ético y profesional.
“Su legado vivirá en cada vida que tocó con su conocimiento, humanidad y entrega.” Con estas palabras, se resume el profundo respeto que su trayectoria generó entre quienes valoraron su aporte a la profesión y a la sociedad.
La memoria de la Dra. Leslie Acosta seguirá viva en el recuerdo de quienes encontraron en ella una guía, una voz experta y una presencia solidaria. Su pérdida ha dejado una huella significativa entre colegas, pacientes y personas cercanas.