Un nuevo estudio ha revelado un alarmante problema que afecta a los productos de plástico negro que usamos diariamente.
Desde juguetes para niños hasta recipientes para comida para llevar, estos plásticos pueden contener altos niveles de retardantes de llama tóxicos que, según los investigadores, se están filtrando de desechos electrónicos reciclados. Estos químicos, diseñados para reducir el riesgo de incendios, pueden ser perjudiciales para la salud humana, generando preocupación en la comunidad científica.
El estudio, dirigido por el grupo ambientalista Toxic-Free Future y el Instituto de Ámsterdam para la Vida y el Medio Ambiente, analizó diversos productos de plástico negro en busca de retardantes de llama bromados, como el decabromodifenil éter (decaBDE). Este compuesto pertenece a la clase de los éteres de difenilo polibromados (PBDE), que han sido prohibidos en varios países debido a su toxicidad y su capacidad para acumularse en el cuerpo humano a lo largo del tiempo.
La investigación encontró que los niveles de estos retardantes en algunos productos eran alarmantemente altos. Un caso destacado fueron unas cuentas de plástico negro utilizadas en disfraces de piratas para niños, que contenían hasta 22,800 partes por millón (ppm) de retardantes de llama, casi un 3% de su peso. Otros productos analizados, como bandejas de sushi, también presentaban niveles peligrosos de estos químicos. En algunos casos, los valores superaban en cientos de veces el límite permitido por la Unión Europea, que es de 10 ppm.
Riesgos para la salud de este elemento que se encuentra popularmente en utensilios de cocina
Los retardantes de llama, como los PBDE, están asociados a una variedad de problemas de salud. Un estudio reciente de abril de 2024 demostró que las personas con niveles elevados de PBDE en sangre tenían un 300% más de probabilidades de morir de cáncer que aquellas con niveles bajos. Además de estar relacionados con el cáncer, estos químicos pueden afectar el sistema endocrino, la tiroides, el desarrollo fetal, y causar disfunciones neuroconductuales y reproductivas.
Aunque la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos prohibió el uso de decaBDE en 2021, el estudio encontró que el 70% de los productos analizados contenían este compuesto en niveles peligrosamente altos. La exposición diaria a estos plásticos, como utensilios de cocina contaminados, podría representar un riesgo significativo para la salud humana. Los investigadores calcularon que una persona que use regularmente utensilios de cocina de plástico negro podría estar expuesta a 34,7 ppm de decaBDE cada día.
Errores en el reciclaje: el origen del problema
El problema radica en la incorrecta gestión del reciclaje de plásticos provenientes de desechos electrónicos. Muchos dispositivos electrónicos, como televisores, teléfonos móviles y computadoras, contienen retardantes de llama para evitar incendios. Cuando estos productos se reciclan incorrectamente, sus plásticos contaminados terminan en la cadena de producción de otros artículos, como utensilios de cocina, juguetes y bandejas de alimentos.
“La nueva preocupación es que el plástico negro que no debe reciclarse está terminando en productos de consumo diario”, explicó Linda Birnbaum, exdirectora del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental. Birnbaum destacó que los plásticos contaminados no deberían reciclarse debido a los peligros que representan, y su uso en productos de contacto con alimentos es especialmente preocupante.
¿Cómo protegerse de estos riesgos?
A pesar de la gravedad del problema, existen medidas que los consumidores pueden tomar para reducir su exposición a estos químicos peligrosos:
* Evitar el plástico negro en productos de cocina y juguetes: La recomendación de los expertos es evitar productos de plástico negro, especialmente aquellos que entran en contacto con alimentos, como espátulas, bandejas o cucharas. Optar por utensilios de acero inoxidable o vidrio es una alternativa más segura.
* Cambiar hábitos al manipular alimentos: Los recipientes de plástico negro, como los que se usan para comida para llevar, no deben calentarse en microondas, ya que el calor facilita que los químicos tóxicos se filtren en los alimentos. Transferir la comida a recipientes de vidrio o cerámica antes de calentarla puede ayudar a reducir la exposición a estos contaminantes.
* Limpieza regular del hogar: Los retardantes de llama pueden filtrarse de los productos al aire y adherirse al polvo, que luego es inhalado o ingerido. Limpiar el polvo frecuentemente, aspirar con filtros HEPA y lavar las manos con regularidad son formas efectivas de minimizar la exposición a estas sustancias.
* Revisar las etiquetas y políticas de los fabricantes: Algunos fabricantes ya han adoptado políticas más estrictas para eliminar los retardantes de llama de sus productos. Ser un consumidor consciente y optar por marcas que prioricen la seguridad química puede hacer una gran diferencia.
Si bien estas medidas pueden ayudar a reducir la exposición, los expertos coinciden en que es necesario un cambio más amplio a nivel gubernamental y corporativo. Megan Liu, autora principal del estudio y gerente de Ciencia y Políticas en Toxic-Free Future, destacó la necesidad de políticas que restrinjan el uso de retardantes de llama en productos electrónicos y plásticos para evitar que estos químicos peligrosos lleguen a otros productos reciclados.
“La solución a largo plazo no recae únicamente en los consumidores. Necesitamos políticas que limiten el uso de estas sustancias tóxicas y que aseguren un reciclaje más seguro”, explicó Liu.
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