Las autoridades de la ciudad desalojaron una tienda en El Bronx convertida ilegalmente en vivienda para alojar a decenas de inquilinos y que era dirigida por misma persona que manejaba otro sitio en el que llegó a albergar hasta 70 migrantes en una tienda de muebles de Queens.
El Departamento de Edificaciones de la ciudad dijo el jueves que el día anterior respondió a informes sobre la conversión ilegal de un edificio comercial de dos niveles en el vecindario de Fordham, en ese municipio.
Los inspectores encontraron 45 camas hacinadas en el primer nivel y en el sótano de la construcción, junto con extensiones eléctricas, bicicletas eléctricas, calentadores, hornillos y otros elementos que generaban un riesgo de incendio, dijo el organismo.
Funcionarios de la ciudad ordenaron el desalojo del edificio debido a las “condiciones peligrosas y que ponen en riesgo la vida”, que incluían un grave hacinamiento y falta de luz y ventilación naturales. Al dueño del edificio también se le imputaron dos infracciones por falta de mantenimiento del edificio y por ocuparlo en contravención de los registros de la ciudad.
La Oficina de Manejo de Emergencias de la ciudad, que opera el sistema de refugios para migrantes de la Ciudad de Nueva York, también ayudó a los inquilinos desplazados, indicó el departamento de edificaciones.
La tienda está dirigida por Ebou Sarr, que manejaba una operación similar de alojamiento en Queens, la cual fue clausurada el martes.
Funcionarios de la ciudad ordenaron el desalojo de la tienda Wholesale Furniture de Sarr tras descubrir que el espacio comercial del primer nivel y el sótano se habían convertido en dormitorios, con 14 literas y 13 camas hacinadas en ambos niveles y con capacidad para alojar a 41 personas.
El hombre, nativo de Senegal, dijo el martes a la prensa que alojaba principalmente a varones migrantes de su país, situado en el oeste de África, y que les cobraba 300 dólares al mes porque no podían pagar una vivienda una vez que terminaba su plazo para permanecer en el sistema de refugios de emergencia para migrantes de la ciudad.
Hasta el jueves, nadie había respondido los teléfonos relacionados con Sarr.