Es la imagen recurrente desde que arrancó el GP de Japón de F1, que la actividad se detenga con bandera roja sin que ningún coche se haya salido de pista o chocado. Y de repente, las cámaras enfocan una escapatoria y ahí se ven pequeñas llamas en la hierba. Volvió a ocurrir en la clasificación del sábado, cuando se incendió una pequeña parte de la curva 15 del circuito de Suzuka y, con aún más de ocho minutos por delante en la Q2, hubo bandera roja.
Ya había sucedido en dos ocasiones en la caótica FP2 del viernes, lo que llevó a la FIA y la F1 a trabajar en una solución. Sin embargo, resultó ineficaz, y de nuevo se repitió en la FP3 del sábado por la mañana, antes de que, después de una Q1 sin interrupciones, volviera a ocurrir en la Q2 de la clasificación.
La FIA ordenó cortar el máximo posible de la hierba, para dejarla muy baja y reducir el riesgo de incendio, y además se retiró la hierba suelta y seca de las zonas afectadas. Como medida extra se humedeció el césped, pero nuevamente la mezcla de viento y las chispas que dejan los coches al pasar por la pista volvió a causar estragos, y ya a los siete minutos de la FP3 se provocó un pequeño incendio entre la Horquila y la Spoon, antes de que la sesión acabara con otra bandera roja cuando a seis minutos de la bandera a cuadros se incendió una parte de la escapatoria de la mítica 130R.
Esa curva fue también la afectada en la clasificación, con una interrupción que llegó cuando quedaban más de ocho minutos para terminar la Q2, en un momento en el que no arruinó en exceso el trabajo de nadie. Sin embargo, saltaron todas las alarmas por si volvía a ocurrir en la decisiva Q3 que da la forma final a la parrilla, así como en carrera, ya que solo la lluvia podría ser aliada de lujo para evitar el problema que está ensombreciendo el GP de Japón.
En este artículo
Jose Carlos de Celis
Fórmula 1
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