#Deportes: La vida de Eddie Jordan, un banquero que tocó la gloria en la F1 #F1

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Edmund Patrick Jordan falleció a los 76 años mientras recibía tratamiento contra el cáncer, y a lo largo de su vida fue un enérgico empresario que aportó un toque disruptivo de rock and roll a la Fórmula 1 en la década de 1990. Nacido en Dublín, coqueteó en su juventud con la idea de ingresar en el sacerdocio antes de emprender una carrera en el mundo de las finanzas, más concretamente, convertirse en empleado del Banco de Irlanda, pero nació para el ajetreo, y ese trabajo monótono no podía contenerlo.

La muerte de Eddie Jordan:

Cuando una huelga le obligó a buscarse la vida en otro sitio, se fue a Jersey y tuvo dos trabajos para salir adelante. Allí conoció el automovilismo en forma de karting en el circuito Belle Vue del club de Jersey, en St Brelade. A su regreso a Irlanda, empezó a competir primero en kart y luego en la Fórmula Ford y Fórmula 3, con éxito dispar.

De contar dinero a gastarlo había poco trecho. Sin embargo, las carreras se convirtieron en su principal objetivo, y desarrolló actividades secundarias para aumentar su trabajo diario como medio de mantenerlo. En 1978, ganó el campeonato regional de Fórmula Atlántica, patrocinado por Duckhams y celebrado en Mondello Park, así como el campeonato nacional de Irlanda, patrocinado por BP, que se disputó en Kirkistown, cerca de Bangor, en la península de Ards.

Ese fue el catalizador para que la leyenda del automovilismo irlandés, Derek McMahon, que apoyó a Derek Daly hasta el Gran Circo y después haría lo mismo con nombres de la talla de David Kennedy y Tommy Byrne, reclutara a Eddie Jordan para la temporada 1979 en la Fórmula 3 Británica junto a Stefan Johansson.

Esa fue la campaña en la que la aerodinámica con el efecto suelo llegó a la categoría, aunque de forma muy básica. El mito irlandés apreció los conocimientos comerciales de su nuevo pupilo, y pronto le dio más responsabilidades en la gestión del equipo, aunque en la pista se vio superado por pilotos como Nigel Mansell, Mike Thackwell, Andrea de Cesaris y Chico Serra, a pesar de que a mitad de año se mejoró el chasis del March 793.

Eddie Jordan y John Walton

Los posibles patrocinadores se sentían atraídos por la afición de Eddie Jordan a la cháchara, pero no tanto por sus resultados en el asfalto, así que abandonó el cockpit y fundó su propia escudería en 1980. Fue una operación compleja, especialmente en sus primeras temporadas, pero Eddie Jordan Racing creó oportunidades para un joven Ayrton Senna y Martin Brundle.

No obstante, ese no fue el final de la carrera del irlandés. Le apasionaba la música, tanto que era batería, y se unió al manager de Pink Floyd, Steve O’Rourke, en un BMW M1 en Le Mans en 1981.

Martin Brundle ganó a Ayrton Senna en el campeonato de Fórmula 3 Británica en 1983 y en el 1987, tras llevar a Johnny Herbert al título, decidió ascenderlo a la F3000 europea. En 1989, llevó a Andrew Gilbert-Scott, más tarde mánager de Takuma Sato, al segundo puesto en la F3000 británica, y a Jean Alesi a lo más alto.

La Fórmula 1 se hizo esperar,  y Eddie Jordan montó un proyecto de bajo coste en su fábrica de Silverstone, donde Gary Anderson, Andrew Green y Mark Smith diseñaron un coche, que se presentó a principios de 1991 en fibra de carbono negra y bautizado como Jordan 911. Ese acto provocó el enfado de Porsche, que tuvo que cambiar el nombre del monoplaza por el de 191, y las burlas de los periodistas, con el veterano Jabby Crombac que escribió: “¿Por qué se molestan?”.

“Que se jodan”, fue la respuesta del irlandés. “Yo les enseñaré”.

Un encuentro casual con Bernard Ferguson, de Cosworth, en un pub, facilitó un acuerdo para la adquisición de motores V8 de segunda generación y un enérgico programa de viajes consiguió el patrocinio de 7-Up y Fuji Film. El 191, ahora de verde patriótico, era competitivo, pero a finales de la temporada las facturas se acumulaban.

Cuando Bertrand Gachot acabó encarcelado por rociar a un taxista londinense con gas lacrimógeno durante un incidente en Hyde Park Corner, los problemas se resolvieron en parte con un cheque de Mercedes para poner a su protegido, Michael Schumacher, en el Gran Premio de Bélgica. El alemán causó tal impacto que Benetton se hizo con sus servicios, pero Eddie Jordan sobrevivió y se apresuró durante las siguientes campañas.

Los resultados siguieron siendo irregulares hasta el final de la década, cuando disfrutó de dos buenos ejercicios, incluyendo una dramática victoria de Damon Hill en el Gran Premio de Bélgica 1998. La temporada siguiente, terminó tercero en el campeonato de constructores, pero ese sería el punto álgido de su conjunto.

Damon Hill, Ralf Schumacher, Jordan 198

Eddie Jordan vendió una participación del 40% de su equipo a la empresa de capital riesgo Warburg Pincu,  y la diversión con su nueva riqueza le hizo perder la concentración. Los conocedores de la empresa observaron que, si antes se centraba en todos los aspectos del negocio, a partir de ese momento empezó a pasar a un segundo plano.

Había dificultades para conseguir patrocinadores, el mejor personal técnico y motores, y la falta de dinero y competitividad se reflejaba en un elenco rotativo de pilotos de los que se esperaba un presupuesto. En 2005, luchaba por mantener el negocio y decidió vender la participación que le quedaba, por lo que empezó a pasar por varias manos hasta conocerse como Aston Martin.

Eddie Jordan amplió sus intereses empresariales a la promoción inmobiliaria, las carreras de caballos y el fútbol, y continuó con su labor benéfica como mecenas de CLIC Sargeant, ahora rebautizada como Young Lives vs Cance), compaginándola con apariciones en la Fórmula 1 en la BBC y Channel 4 cuando tenían los derechos de emisión.

También compró otra residencia en Sudáfrica, donde se convirtió en vecino del gurú Adrian Newey, que también posee una propiedad allí. En 2024, actuó como agente del inglés en las negociaciones para el sonado traspaso a la escudería de Silverstone, y aunque no acudía con frecuencia a los grandes premios, seguía estando muy bien relacionado, y su combinación única de ingenio y perspicacia le convirtió en un comentarista de referencia en la televisión y la radio.

En los últimos años creó el podcast Formula for Success con David Coulthard. Después de que le diagnosticaran cáncer de próstata y vejiga la pasada primavera, se sometió a un tratamiento que incluía varias rondas de quimioterapia, pero en diciembre reveló que el cáncer se extendió a la columna vertebral y la pelvis.

“Ve y hazte pruebas”, dijo en su podcast. “Porque en la vida tienes oportunidades”.

En los últimos meses actuó para asegurar su legado, liderando un consorcio para comprar la rama profesional del club de rugby London Irish fuera de la administración con el objetivo de devolverlo a la competición en 2026.

Eddie Jordan

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En este artículo

Stuart Codling

Fórmula 1

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