
Carlos Sainz acabó noveno en el GP de Miami F1 2025, pero si algo dejó claro tras bajarse del coche es que el resultado final no refleja su verdadero ritmo. “Hoy estábamos en la lucha con Mercedes y Ferrari, lo cual es muy alentador”, aseguró. “Con neumático nuevo y sin daños en el coche, creo sinceramente que habría estado en la pelea por la quinta plaza”.
El piloto de Williams tuvo una carrera complicada desde el inicio. No solo partió con un neumático medio usado —”una decisión obligada por errores operativos durante el fin de semana”—, sino que también sufrió daños en el primer lance con Alex Albon. “Eso ya nos ponía a la defensiva, porque los demás llevaban gomas nuevas y había un par de décimas por vuelta de diferencia”, explicó.

El propio Sainz relató una primera fase de carrera llena de contratiempos: “Tuve que hacer todo lo posible para mantenerme en el grupo, con un coche dañado y neumático usado. Alex cometió un error y le pasé, luego el equipo nos dijo que conservaramos posiciones… pero no sé si él recibió el mensaje, porque me volvió a adelantar”.
La parada temprana del madrileño fue otro punto clave. Williams decidió cubrirse con neumáticos duros en la vuelta 25, justo antes de que un Virtual Safety Car favoreciera a sus rivales directos. “Fui el primero de ese grupo en parar, y con el VSC todos los demás hicieron prácticamente una parada gratis o mucho más corta. Eso nos dejó vendidos”, lamentó.
“Un sabor agridulce, pese al ritmo”
Aun así, Sainz protagonizó varias luchas cuerpo a cuerpo con los Ferrari en el último tercio de carrera. “El ritmo era decente, teniendo en cuenta el daño y lo temprano que paramos. Pero en las batallas me faltaba agarre en el primer sector, donde no podía quedarme cerca por la falta de carga aerodinámica”, explicó. Al final, acabó a menos de medio segundo de un Lewis Hamilton al que estuvo a punto de adelantar en la última vuelta.
Esa acción, de hecho, le dejó un sabor agridulce. “Fui a por él en la última curva y se movió justo cuando me lancé. Hubo contacto”, contó. “Si seguimos el reglamento al pie de la letra, no puede moverse tanto, pero bueno… es la última vuelta y ya sabemos cómo van estas cosas”.
Más allá del resultado, Sainz ve señales muy positivas en el rendimiento del FW47. “Este fin de semana el coche estaba en el punto óptimo. No lo sentía así desde los test de Bahrein, cuando ya vimos que estábamos más cerca de los grandes”, aseguró. “Por eso me voy con rabia. Porque tuvimos un coche competitivo y, entre errores operativos y mala suerte, no lo aprovechamos del todo. La próxima vez que tenga esta oportunidad, quiero ser yo quien la maximice”.
En este artículo
Pol Hermoso
Fórmula 1
Carlos Sainz
Williams
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