#Deportes: “Echan mucho de menos a Newey” #F1

Robert Doornbos, expiloto de Fórmula 1 y antiguo miembro del equipo Red Bull, analizó la delicada situación del conjunto austríaco en declaraciones a la edición neerlandesa de Motorsport.com durante la presentación de la F1 Exhibition que llegará próximamente a los Países Bajos. En su intervención, el holandés fue muy claro: el equipo “echa mucho de menos a Adrian Newey” y atraviesa un momento de “frustración creciente” que podría tener consecuencias importantes, incluso en el futuro de Max Verstappen.

Doornbos no se anduvo con rodeos al hablar de la reciente caída de rendimiento del equipo campeón del mundo. “Nunca había visto a Max Verstappen rodar tan atrás y con dificultades. Seamos sinceros. La frustración crece muy rápido”, aseguró. El expiloto hacía referencia al Gran Premio de Bahréin, donde Verstappen solo pudo ser sexto, con un coche que sufrió especialmente en curva lenta y en las frenadas.

Ese resultado fue especialmente doloroso si se compara con el mismo gran premio en 2024, cuando Red Bull dominó con un doblete. Pero desde entonces, las cosas han cambiado mucho. El RB21, el coche de esta temporada, ha sido criticado incluso por el propio piloto neerlandés, por Helmut Marko y por Christian Horner, que han reconocido públicamente los problemas de equilibrio del monoplaza. Aunque Verstappen ganó en Japón gracias a una pole position en un circuito donde adelantar es muy difícil, la sensación en el paddock es que la unidad de 2025 no está a la altura.

Un equipo, tocado por dentro

Para Doornbos, el problema va más allá del coche. “Esto es la Fórmula 1. Un equipo de F1 es una organización. Es como una empresa”, explicó. “Y muchas veces, cuando doy charlas, digo que la F1 y el emprendimiento tienen muchos paralelismos. Cuando en una gran organización hay inestabilidad o incertidumbre en la alta dirección, todos lo notan”.

Esa inestabilidad empezó a notarse a finales de 2024, cuando Red Bull comenzó a perder terreno frente a McLaren y Ferrari. Aunque Verstappen logró revalidar el título gracias a la ventaja acumulada en la primera mitad del año, el equipo ya no era el mismo. Ingenieros, mecánicos y figuras clave comenzaron a marcharse, en lo que fue el inicio de una crisis interna que se ha agudizado con el paso de los meses.

“Ya trabajan unas 1.700 personas en Red Bull. Todos contribuyen al éxito. Pero cuando pierdes algunos pilares claves, como Adrian Newey o Jonathan Wheatley… Puedes pensar que son reemplazables. Pero son 20 años de experiencia. Y en la práctica, no es tan fácil”, apuntó.

Según él, la salida de Newey, el genio detrás de los coches campeones de las últimas dos décadas, ha dejado un vacío evidente. “Creo que echan mucho de menos a Adrian. Pierre Waché y su equipo tienen que demostrar ahora que pueden hacerlo. Pero ¿cuánto tiempo tienes? Porque la competencia no espera”, advirtió.

Una estructura que empieza a resentirse

“Se nota en que las paradas en boxes ya no son tan fluidas”, dijo el neerlandés, subrayando que los pequeños detalles también han empeorado. Y puso el foco en otro aspecto fundamental: la evolución del coche. “Puedes construir un buen coche en invierno, pero durante la temporada tienes que evolucionarlo. Ganas en Suzuka y siete días después tienes un fin de semana desastroso”, sentenció.

Red Bull ya no tiene margen de error. La presión es máxima y cada fallo puede costar caro. “No creo que el ambiente sea muy bueno en Milton Keynes ahora mismo”, reconoció Doornbos, que ve al equipo en una situación difícil de revertir.

Aunque el RB21 no ha respondido como se esperaba, el ex corredor no da por perdido el Mundial de Pilotos. “Nunca se puede dar por perdido. Sobre todo con alguien como Max al volante. Estamos solo en la cuarta carrera. Todavía hay mucho que ganar”, comentó. Sin embargo, también fue realista: “Si los otros equipos siguen evolucionando y cometen menos errores… será más difícil ganar el título de pilotos. En constructores ya están fuera”.

Max Verstappen, Red Bull Racing

Según el expiloto de Red Bull el declive era algo previsible. “Sabemos por la historia que un equipo puede ser dominante unos cuatro o cinco años. Lo vimos con Mercedes, con Ferrari en su época, y también con Red Bull y Sebastian Vettel. Luego, eso desaparece”, explicó. “Max lleva ya cuatro años empujando fuerte con el equipo y alcanzando grandes cosas. Sabes que eso no se puede mantener siempre. Pero esto es un golpe de realidad muy duro”.

¿Un futuro sin Verstappen?

La gran incógnita ahora es si Max Verstappen estará dispuesto a seguir en Red Bull más allá de 2025 si la situación no mejora. “Muchísimo”, respondió Doornbos al ser preguntado por si esta crisis influye en el futuro del tricampeón. “Es un ganador, un campeón probado. Y todos conocemos las cláusulas de rendimiento. Sebastian Vettel fue quien empezó con eso”.

“Y por el otro lado, el equipo también dice: ‘Si no quieres estar aquí, puedes irte. Hacemos todo lo posible por darte el mejor material’. Si no pueden hacerlo, también entienden que un tetracampeón quiera probar suerte en otro sitio. Y con razón”, añadió.

Cuando se le preguntó directamente si cree que Max se irá, Doornbos no dudó: “Sí, creo que se irá. Aún tiene esa pasión por la F1 y sigue abierto a nuevos retos. Un equipo como Mercedes quiere tenerlo, claro. ¿Qué equipo no? Pero si miras quién puede pagarle y ofrecerle lo que busca… Creo que solo Aston Martin y Mercedes pueden hacerlo. Y Aston Martin es un reto aún más grande que el de Brackley“.

Mirando hacia el futuro, el cambio de normativa de 2026 añade todavía más incertidumbre. Red Bull prepara su propio motor, en colaboración con Ford, pero eso es un desafío mayúsculo. “Tienen proyectos muy ambiciosos como Red Bull Powertrains. ¿Cómo se desarrollará eso junto con Ford? Es un equipo privado, no un fabricante de coches. Puedes comprar conocimientos, pero no es lo mismo que Mercedes o Ferrari, que desarrollan sus propios motores”, aseguró Doornbos.

Y terminó con una reflexión contundente: “Los reglamentos marcarán la diferencia. Pero no espero que ganen campeonatos en los próximos cinco años. Y creo que ellos mismos también lo saben”.