Miami, 17 jun (EFE).- Después de 57 años de ausencia en Miss Universo, el concurso tendrá este año una representante de Cuba que será elegida entre aspirantes cubanas en el exilio que participarán en un certamen en Miami el 15 de septiembre próximo, informó el organizador’Prince’ Julio César en el sur de Florida (EE.UU.).
Sin querer ahondar en política, el director nacional de Miss Cuba explicó este lunes a EFE que Miss Universo, la compañía matriz de estos concursos en el mundo, se propuso este año un «nuevo reto» de tener representante de más de 120 países, incluido Cuba, en la gala que se realizará en noviembre próximo en México.
«Miss Universo era una empresa ciento por ciento americana (estadounidense) y en virtud a eso, pues estaba cerrada a posibles transacciones con Cuba, y no existía el interés de ningún empresario en los Estados Unidos que quisiese hacer Miss Cuba en el exilio rumbo a Miss Universo», subrayó.
César atribuye el regreso de Cuba a Miss Universo a una cuestión de «visión» de la organización.
«Yo creo que ellos están apostando a la inclusión desde todos los puntos de vista, mucho más desde la cultura, y tiene que ver con este movimiento del empoderamiento femenino, no quitarle o no permitirle a cualquier mujer, independientemente que en su país esté ocurriendo lo que ocurra, que ella no puede estar», dijo.
Sin embargo, César aclaró que la organización Miss Universo, que tiene más de 60 años, «está cerrada por completo a hacer cualquier transacción con el Gobierno cubano».
«Nosotros no tratamos ni con gobiernos dictatoriales ni nada de eso, sino con gobiernos totalmente democráticos. Es por eso que se decide darle la oportunidad a Cuba de participar en Miss Universo, pero en esta oportunidad desde la ciudad de Miami», dijo.
El director nacional de Miss Cuba-Miss Universo recordó que desde el comienzo de la dictadura en Cuba, en 1959, la isla dejó de participar en el concurso porque «no era compatible con sus ideales».
Explicó que después, durante dos años hubo reinas cubanas escogidas en el exilio y coronadas en un evento celebrado en Miami que se llamó Miss Cuba Libre, el cual no perduró por las tensiones entre Cuba y Estados Unidos.
El diseñador venezolano, vinculado a la industria de las reinas desde hace más de dos décadas cuando trabajaba en «casting» regionales para Miss Venezuela, explicó que la organización escogió Miami, una ciudad a 144 kilómetros de la isla, porque es «el bastión más grande de todos los cubanos a nivel del mundo».
César explicó que de un millar de aspirantes que se presentaron en esta ciudad -entre mujeres nacidas en la isla o de padres cubanos- fueron preseleccionadas un poco más de la mitad, de las cuales quedarán veinte finalistas que participarán en septiembre en la coronación, que será transmitida por el canal Mega TV.
Del grupo seleccionado, la mayoría nacieron en Cuba. «Han llegado acá en balsa, han llegado acá en lancha, han llegado acá a través de un visado».
César subrayó la posibilidad de que la ganadora llevará a México un mensaje al concurso que seguramente «será de libertad, de democracia».
El director nacional de Miss Cuba reiteró que la «visión» de Mis Universo es la «inclusión, sin importar los paradigmas políticos que puedan existir».
La idea es «darle la oportunidad a la mujer en su totalidad de que pueda expresar sus cualidades, sus virtudes y llevar un mensaje».
Con esa idea de inclusión, el concurso contó este año con una aspirante al título de Miss Argentina que tiene 60 años y, el año pasado, con una candidata que está casada y tiene una hija y que representó a Miss Colombia en El Salvador alcanzando un lugar en el top 5 final.
La actual Miss Universo, Sheynnis Palacios, coronada el año pasado en El Salvador siendo la primera nicaragüense y centroamericana que gana el concurso internacional, vive en Nueva York para atender sus compromisos con la franquicia internacional y por ahora no tiene fecha de retorno a Nicaragua.
El equipo de Miss Nicaragua atraviesa un momento complicado en su país después de que la ahora exdirectora de la organización Karen Celebertti fue desterrada por el Gobierno que preside Daniel Ortega y acusada por los delitos de conspiración y traición a la patria.