La pregunta que muchas mujeres se hacen en cierto momento de sus vidas es: «¿Ha llegado el momento de comenzar a usar una crema antiarrugas?». Es natural que no haya una meta fija, una «bandera a cuadros» biológica que marque el inicio del envejecimiento. Esto es algo muy subjetivo, ya que entran en juego varios factores como el estilo de vida, el estrés, las características genéticas y la aceptación o no del envejecimiento.
La importancia de la hidratación y la limpieza
La hidratación y la limpieza son fundamentales mucho antes de pasar a las cremas antienvejecimiento. Es esencial no acostarse nunca con maquillaje, utilizar un buen limpiador para eliminar el maquillaje, realizar un exfoliante semanal para eliminar las impurezas y regenerar la piel.
Limpieza facial diaria
Una limpieza facial diaria es crucial para mantener la piel sana y radiante. Utiliza un limpiador suave y de calidad para eliminar el exceso de sebo, las células muertas y los residuos de maquillaje sin resecar la piel.
Exfoliación semanal
Realizar un exfoliante una vez a la semana ayuda a eliminar las impurezas y a regenerar la piel. Esto mejora la absorción de los productos y le da a tu piel un aspecto más luminoso y suave.
Hidratación diaria
No olvides hidratar tu piel mañana y noche con una crema adecuada a tu tipo de piel. La hidratación es fundamental para mantener la piel elástica y evitar la aparición prematura de arrugas.
¿Qué son las cremas antiarrugas y por qué se deben usar?
Las cremas antiarrugas contienen principios activos (extractos naturales, vitaminas, ácido hialurónico) que estimulan la producción de colágeno y favorecen la renovación celular. Estos productos tienen diversas propiedades (reafirmantes, hidratantes, nutritivas, rellenantes) y actúan sobre la piel para combatir los signos del envejecimiento.
Propiedades de las cremas anti-arrugas
- Reafirmantes: ayudan a tensar y elastificar la piel, reduciendo la apariencia de las arrugas.
- Hidratantes: mantienen la piel hidratada y nutrida, evitando que se reseque y se vuelva más frágil.
- Nutritivas: Aportan los nutrientes necesarios para mantener la piel sana y rejuvenecida.
- Rellenantes: Rellenan las arrugas y líneas de expresión, suavizando la apariencia de la piel.
Elección de la crema adecuada
Al elegir la crema antiarrugas debes tener en cuenta dos aspectos clave: la edad y el tipo de piel.
A partir de los 20 años, el consejo es centrarse en una crema hidratante y nutritiva, sin nada demasiado específico.
Hacia los 30 años, puede ser una buena idea comenzar a usar una crema anti-arrugas, eligiendo fórmulas reafirmantes, antioxidantes y específicas para el contorno de ojos.
A partir de los 45 años, probablemente sea necesario utilizar tratamientos anti-edad más intensivos, con ácido hialurónico y colágeno.
En cuanto al tipo de piel, las pieles secas necesitan una fórmula específica, con filtros UV y una hidratación intensa en la versión de noche.
Si tienes una piel normal, la crema anti-arrugas adecuada debe tener una acción hidratante y suavizante sobre las líneas finas o profundas.
Si tu piel es grasa, es mejor optar por una crema de textura ligera y no grasa, que hidrate contrarrestando el efecto brillante y mate la piel.