Un juez de California confirmó el viernes la pena de muerte para José Vladimir Larín García, un latino de 24 años de edad que asesinó a cuatro personas en la ciudad de Palm Springs en febrero de 2019.
Larín García fue condenado por los asesinatos de Carlos Campos Rivera, de 25 años, Yuliana García (17), Jacob Montgomery (19) y Juan Duarte Raya (18).
En febrero de 2023 un jurado había recomendado la pena de muerte para Larín García y el juez Anthony Villalobos ratificó esa sentencia, informó la agencia EFE.
La noche de los hechos, el condenado viajaba en un automóvil con tres de las víctimas cuando se encontró con Campos Rivera y le disparó en la cabeza, detalla la acusación.
Un testigo señaló durante el juicio que escuchó múltiples disparos desde el interior del vehículo, donde fueron encontrados después las otras tres víctimas con tiros en la cabeza.
Los investigadores encontraron a todas las víctimas con heridas de bala en la cabeza. Yuliana García también presentó una herida defensiva en una de sus manos.
“La pena de muerte está reservada para aquellos que realmente han demostrado que no tienen remordimientos por acciones que se encuentran entre las más atroces imaginables”, señaló el fiscal de distrito Mike Hestrin, según citó la agencia EFE.
Y añadió: “La decisión que se tomó hoy no se tomó a la ligera, sino que refleja la naturaleza atroz de estos crímenes, cometidos por un hombre que le quitó tanto a tanta gente, por algo tan intrascendente”.
Juicio emotivo
La audiencia en la que el juez ratificó su decisión estuvo llena de dolor y añoranza por los asesinados y condenas de su asesino, según un informe judicial del medio Desert Sun.
“Este es uno de los casos más difíciles en los que he estado”, dijo Villalobos antes de sentenciar a Larín-García a la posibilidad, en algún momento en un futuro lejano, de morir a manos de un verdugo público. “Nadie aquí saldrá ileso. No hay manera de arreglar esto. Lo único que puedo hacer es lo que establece la ley”.
El hijo de Campos Rivera, que tenía 10 años cuando su padre fue asesinado, escribió una carta que fue leída durante el juicio por la fiscal adjunta, Samantha Paixao.
“No hay palabras para describir cómo me ha impactado esto”, habría leído el fiscal, según el medio antes citado. “¿Cómo se supone que voy a articular algo que ha puesto mi vida completamente patas arriba? Tenía todo en el mundo en ese momento hasta que perdí a mi mejor amigo del mundo, mi papá. Todavía no puedo entender por qué harías algo tan malvado”.
California, sin embargo, no ha ejecutado a un condenado a muerte desde 2006.
Con información de EFE.
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