
Tras encadenar únicamente primeros y segundos puestos desde el parón veraniego de la Fórmula 1, el fin de semana en Ciudad de México está siendo mucho más difícil para Max Verstappen. Aunque el neerlandés marcó el mejor tiempo el viernes, advirtió inmediatamente después que las tandas largas no habían sido buenas: “Así no vas a ganar”, afirmó.
Un día más tarde, ese análisis resultó ser acertado. Verstappen tuvo que conformarse con la quinta posición en la clasificación y reconoció después que “nada funciona” en el RB21.

Esto está directamente relacionado con la búsqueda de una mejor puesta a punto del viernes al sábado. “Siempre estás trabajando en eso, claro. Pero sí, hasta la clasificación hemos probado de todo y nada lo ha hecho realmente mejor”. Verstappen añadió que con algunos ajustes el coche podía sentirse algo mejor, pero la velocidad pura nunca llegó. Puede sonar sorprendente en un circuito donde el neerlandés ha ganado cinco veces, pero él mismo lo ve distinto: “Eso fueron otros tiempos. Ya el año pasado aquí no iba bien, y esa es mi última referencia. Y ahora vuelve a ir mal”.
La teoría de Stella: Diferencias de refrigeración entre McLaren y Red Bull
Esto plantea la pregunta de con qué está teniendo problemas exactamente Red Bull. Se trata, lógicamente, de una combinación de factores, aunque el jefe de McLaren, Andrea Stella, compartió al menos una teoría el sábado por la noche: “Este es un circuito donde la calidad de tus sistemas de refrigeración es muy importante. Si tienes que comprometer la aerodinámica para conseguir suficiente refrigeración, la eficiencia aerodinámica puede caer rápidamente”, explicó el italiano.
Esto pone de manifiesto que la refrigeración es un enorme desafío para todos los equipos en el aire enrarecido de Ciudad de México. Cuanto más tienen que abrir la carrocería con conductos adicionales, más se ve afectada la aerodinámica del coche.
Según Stella, Red Bull debe hacer mayores concesiones en ese aspecto que McLaren —algo visible también a simple vista en las aperturas del bodywork—. “Hemos invertido muchísimo en el coche de 2025 en ciertas innovaciones para el sistema de refrigeración, tanto a nivel tecnológico como de ingeniería”. Según el italiano, eso hace que McLaren dependa menos de abrir más la carrocería, algo que en carreras como México supone una ventaja competitiva.
Cree que la diferencia respecto a las últimas semanas puede deberse a esto, aunque evita sacar conclusiones precipitadas para los próximos Grandes Premios: “México no es la mejor carrera para evaluar un coche. Si tienes ciertas desventajas en cuanto a refrigeración, eso puede afectar mucho al rendimiento general”.
¿Un círculo vicioso? Los neumáticos se sobrecalientan
Aunque la refrigeración es sin duda un factor clave en México, según Verstappen no es la razón principal del complicado sábado de Red Bull. En su encuentro con la prensa neerlandesa en el paddock, señaló otro problema: el sobrecalentamiento de los neumáticos Pirelli, incluso en una sola vuelta. “Creo que durante toda la temporada no hemos sido muy buenos manejando el sobrecalentamiento de los neumáticos. Y aquí es un problema grande por la altitud. Deslizas un poco y enseguida los neumáticos cogen mucha temperatura. No nos favorece, está claro”.
También es un tipo de círculo vicioso. Todos los pilotos usan configuraciones de ala tipo Mónaco, pero debido a la gran altitud aún se genera menos carga aerodinámica que en Monza. Eso hace que todo dependa más de la adherencia mecánica del coche. En consecuencia, los pilotos tienden a deslizar más fácilmente, y eso es justo lo que señala Verstappen. Cuando el coche empieza a deslizar, los neumáticos se sobrecalientan. El efecto negativo sobre ellos provoca más deslizamiento, lo que a su vez causa más sobrecalentamiento. Es un proceso que se retroalimenta y en México resulta especialmente crítico.
Marko reconoce: Nos pasamos con la altura del coche
Por último, hay que mencionar un tercer factor: la altura del coche. Verstappen tuvo problemas en el segundo sector, especialmente en la curva 9, donde sufrió varios sustos. Al preguntarle qué pasaba en las pocas curvas rápidas del Autódromo Hermanos Rodríguez, respondió: “Bueno, pon el sonido en las cámaras onboard y oirás enseguida lo que pasa”. Con eso, insinuó que el coche tocaba el suelo —lo que se conoce como bottoming—.
Según Helmut Marko, eso ocurrió porque el equipo se pasó al ajustar la altura. “La altura es crucial y en el segundo sector quizá fuimos un poco más allá del límite”, reconoció el austriaco de 82 años. La altura del coche es fundamental para aprovechar al máximo el efecto suelo y sellar el flujo de aire bajo el fondo, pero si un equipo baja demasiado, hay dos riesgos: por un lado, el desgaste excesivo de la plancha del fondo, que puede acarrear una descalificación; por otro, el bottoming afecta a la estabilidad del coche. Y eso último fue justo lo que perjudicó a Verstappen en clasificación: cada bache podía provocar un momento de desequilibrio, algo que en la curva 9 sucedió varias veces.
Una combinación de todos estos factores ha complicado el fin de semana en México para Red Bull. Marko cree que el problema de la altura no será un factor el domingo, ya que los pilotos pasarán más lentos por las curvas rápidas y el coche irá algo más alto. El asesor principal de Red Bull incluso ve posible subir al podio, pero Verstappen no es tan optimista: “No, el coche simplemente no va. Y mañana tampoco irá. Dejémoslo así”.
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