Combatir la invisibilidad y la tergiversación de las comunidades migrantes indígenas en Los Ángeles y en todo Estados Unidos, es la meta de “Mayas in LA”, (Mayas en Los Ángeles) la exposición fotográfica que rescata los paisajes, a la gente y el entorno cultural de una de las civilizaciones más ricas y antiguas del mundo.
La exposición que fue inaugurada por Odilia Romero, directora ejecutiva de CIELO y los mismos trabajadores mayas de la organización. Estará abierta al público hasta finales de noviembre.
“Cuando hablamos de invisibilidad, nos referimos a que el mundo maya choca con lo que muchos llaman latinos y los mayas no son latinos”, dijo Romero. “Los mayas son una civilización diversa entre sí misma y diversa lingüísticamente”.
La muestra de imágenes en esta metrópoli celebra, además, las contribuciones de la cultura Maya de México y Centroamérica, donde navegan por sistemas e instituciones raciales que, a menudo, carecen de competencia cultural para ellos.
En una de las fotografías aparece Julio Santis, un joven Maya Tzotzil nacido en Georgia, Estados Unidos, pero que creció en Chamula, Chiapas, un pueblo mágico situado a 10 kilómetros de San Cristóbal de las Casas.
Santis, quien es coordinador del Centro para el Poder y los Lenguajes Indígenas (CILP), aparece abrazando a su madre en el pueblo de Cruztón. Se puede observar la leña cortada y preparada para el carbón artesanal que habría de preparar su padre, Antonio Juana, para preparar la comida en su puesto de almuerzos.
“Esa experiencia me conecta con lo que soy y con quien soy ahora, y para nunca olvidar de dónde vengo”, dijo Santis, quien vestía un traje especial hecho de piel de borrego, y que solamente visten las autoridades municipales de Chamula, Chiapas.
Diversidad enriquecedora
En Los Ángeles, la presencia de los mayas ha enriquecido la diversidad en la ciudad, y ello se refleja en las obras de Jon Endow (un fotógrafo japonés), de Gabriel Carbajal y Seo Ju Park, quienes capturaron en retratos los aportes culturales y sociales de una comunidad Maya que se fortalece a través de su tradición e innovación como lo describió el actor maya peninsular, Josué May Chi.
“Parece que se están corrigiendo los errores de la historia”, manifestó a La Opinión el joven actor que participó en la serie “Malinche”, nacido en Chenchoh, Hopelchén (Campeche).
“Los mayas estábamos pidiendo espacios; ahora no solo queremos estar, sino pretendemos que nos vean, escuchen y que la gente sepa que estamos acá con toda la riqueza cultural que podemos aportar a la sociedad”, subrayó.
Ilustrar la vida de los mayas
A principios del 2024, algunos miembros de CIELO viajaron a comunidades mayas en México y Guatemala para pasar tiempo con las familias mayas de varios miembros de la organización. Durante ese tiempo, visitaron las comunidades de Huehuetenango y Totonicapán en Guatemala, Citilcum y Kancab en Yucatán y Crutzón en Chiapas, México.
“Este proyecto busca mostrar que las comunidades mayas están presentes hoy, así como ilustrar la vida que las personas dejan detrás cuando migran”, dice la directora administrativa de CIELO. Génesis Ek.
“Es también una forma de resaltar la diversidad que existe entre las comunidades mayas y al mismo tiempo, todo lo que tenemos en común”, añade.
La exhibición también enfatiza la presencia y las contribuciones de las comunidades mayas en Los Angeles, una ciudad con el mayor número de indígenas migrantes que son residentes y donde se hablan lenguas mayas como el K’iche’, Akateco, Q’anjobal, Mam, y Tzotzil, entre otros.
A lo largo de la muestra, los asistentes podrán apreciar y ver aspectos diversos de la vida cotidiana de las familias mayas, sus celebraciones en los días de fiesta, y algunas dinámicas sociales y cultures de cada comunidad.
“Capturamos imágenes de un lugar en Guatemala conocido como El Valle de los llantos, una intersección en donde los autobuses se estacionan y las familias se reúnen para decir adiós a las personas que deciden emigrar”, explicó Ek.
De hecho, menciona que su abuelita tuvo 10 hijos, de los cuales cinco emigraron a Estados Unidos. Los otros cinco se quedaron en su pueblo.
“Yo bromeo con ellos, porque les duele más cuando se separan mis tíos, que cuando se van sus hijos”, menciona Genesis. “Para nosotros, la familia siempre es primero, en todo”.
“Seguimos con la lucha para que se nos atienda y que se reconozcan nuestras lenguas como un derecho humano en todas las instituciones; además, que se reconozca el derecho a la interpretación de las lenguas indígenas”, dijo a La Opinión, Odilia Romero, directora ejecutiva de CIELO.
Al mismo tiempo, Romero se manifestó esperanzada en que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum haga realidad el apoyo que públicamente ha manifestado por los pueblos indígenas mexicanos migrantes.
Sheinbaum ha dicho que consideraba emitir reformas constitucionales para los programas sociales relacionados con los derechos y el reconocimiento de los pueblos indígenas sean una prioridad clave.
De hecho, en septiembre, el Senado de la República aprobó en lo general y en lo particular por unanimidad de 127 votos el proyecto de reforma que reconoce y garantiza los derechos de comunidades indígenas y afromexicanas.
Según un censo de 2020 realizado por la oficina nacional de estadísticas de México, el país alberga a 68 pueblos indígenas, lo que representa cerca de 17 millones de personas y alrededor del 15% de la población en ese momento, sin considerar a todos los indígenas que radican en los Estados Unidos.
En el caso específico de los mayas, los grupos étnicos principales son : Mayas yucatecos, el grupo más numeroso que habita en los estados de la Península de Yucatán; los Chontales, de Tabasco; Choles, tzeltales, tzotziles, tojolabales y lacandones de Chiapas.
En Guatemala hay 22 pueblos mayas; en Belice habitan los mayas Yucatecos, Mopán y Q’eqchi’ Maya, y en Honduras se localizan en los departamentos de Copán, Ocotepeque y Santa Bárbara.
Algunos de los idiomas de origen maya son: Achi, Akateco, Chortí, Chuj, Itza, Ixil, Jakalteco, Qánjob´al, Kaqchikel o K´iche
¿Dónde ver la exposición fotográfica Mayas en LA?
La exposición inaugurada la semana pasada y que estará hasta finales de noviembre, se encuentra en las instalaciones del Consulado General de México en Los Ángeles, ubicado en 2401 W 6th St, Los Angeles, CA.
Más ventanillas de atención a migrantes indígenas
Desde las protestas de hace décadas hasta la actual colaboración estrecha con las autoridades del Consulado de México en Los Ángeles, la lucha de las comunidades indígenas para combatir la invisibilidad y el racismo institucionalizado sigue vigente.
Gracias a la labor de más de dos décadas de Odilia Romero, directora ejecutiva de Comunidades Indígenas en Liderazgo (CIELO), indígenas de origen mexicano ya pueden acceder a un sinnúmero de servicios consulares en 25 lenguas autóctonas.
“El pueblo indígena ha luchado para tener un espacio donde se le provea un mejor servicio”, rememoró Odilia Romero, quien logró la apertura de la Ventanilla de Atención Integral a Pueblos Originarios e Indígenas de México en el Exterior (VAIPOME), gracias a la ayuda del titular del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, Luis Gutiérrez.
“Nosotros financiamos el proyecto y la necesidad de tener a un equipo aquí [en el consulado], que guía desde dar presentaciones sobre los derechos como mexicano a nuestras comunidades en tu lengua”, dijo Romero, a La Opinión. “Brindamos servicios de interpretación y conectamos llamadas con nuestra red de intérpretes”.
Para los indígenas de origen mexicano las ventanillas de atención han sido un gran logro, debido a que sus peticiones y protestas del pasado mayoritariamente fueron ignoradas por décadas.
Juan Carlos Mondragón, coordinador dio a conocer que, hasta el momento se han abierto 10 ventanillas VAIPOME, en Albuquerque (Nuevo México); Fresno, Los Ángeles, Oxnard y San Diego (California); Chicago (Illinois); Miami y Orlando (Florida); New Brunswick (Nueva Jersey) y Nueva York.
Mondragón destacó que, hasta agosto de 2024, autoridades consulares de México en Estados Unidos han atendido a 4,781 personas indígenas en trámites que van desde pasaporte, matrícula consular, credencial de elector, servicios de protección y repatriación de cadáveres.
Construyendo un mundo en Los Ángeles
Este día [8 de noviembre] el calendario maya marca un quieb’ Ajpú. (dios Ajpú) y significa un día con la energía cargada por un cazador y guerrero.
“En una interpretación amplia nos remite a la energía de los gemelos guerreros que luchan y vencen en Xibalba’. Van al inframundo y retornan victoriosos”, dijo Odilia Romero, directora de CIELO, en la inauguración de la muestra fotográfica.
Agregó que no hacia esa interpretación de manera banal, tal y como se escucha -en ocasiones- en los espacios de la nueva era.
“Yo lo hago con respeto a la civilización maya, que nos ha enseñado su cálculo del tiempo, su numeración, su sistema alimentario, sus
conocimientos, sus textiles y demás formas de hacer el mundo’, afirmó.
“Todo este mundo de luchas y de hacer el mundo también lo vemos aquí en Los Angeles, pues son mayas quienes forman parte fundamental en la industria de la alimentación, la agricultura, los restaurantes y los servicios en general”, expresó la directora de CIELO.
“Y son Mayas quienes han acompañado a sus comunidades y las mantienen, no solo con remesas, sino que sostienen y mantienen a sus familias, dan educación, salud y han engrandecido a sus comunidades”.
Romero declaró que, desde tiempos inmemoriales los mayas han dado a la humanidad su alimentación y la siguen dando cuando sirven en las mesas de los restaurantes.
Los Mayas y otros pueblos están presentes aquí en la ciudad de Los Ángeles y están repartidos en por lo menos cuatro países: Guatemala, México, Belice y Honduras; y hablan más de 40 idiomas, entre ellos el Mam, Q’anjobal, Q’eqchi’, Tzotzil, Tojolabal.
“Son idiomas que también suenan y construyen un mundo aquí en Los Ángeles”, dijo Romero, quien recordó que a finales del siglo XX, los pueblos mayas experimentaron las guerras.
Por ejemplo, en Guatemala una guerra genocida arrasó con el 60% de la población maya, sus mujeres fueron abusadas sexualmente, fueron despojados de sus tierras, y por condiciones sociopolíticas se refugiaron en los estados sur de México y en Estados Unidos.
“El refugio en tiempos de la guerra guatemalteca nos recordó la condición binacional y de los pueblos mayas que se partieron entre México y Guatemala, cuando en 1820 se definieron las fronteras entre ambos países”, expresó Romero.
“Pero esta historia de los pueblos mayas es también nuestra historia, pues los Estados-Nación nos dividieron y nos impusieron el Español como lengua dominante”, sostuvo. “Los Estados-Nación han suprimido nuestra existencia, pero como pueblos indígenas hemos tenido una gran capacidad de reinventarnos y de seguir luchando”.
“Hemos logrado reponernos ante el genocidio, ante el racismo y la xenofobia; hemos sido creativos, hemos organizado fiestas para celebrar la vida y seguimos luchando por nuestros derechos, contra la violencia lingüística y garantizamos el derecho humano a la interpretación”, concluyó la directora ejecutiva de CIELO