El 3 de febrero de 2023, la tranquilidad en East Palestine, Ohio, se vio interrumpida cuando un tren que transportaba materiales peligrosos se descarriló, provocando un incendio que duró todo un día. El accidente arrojó gases tóxicos al aire, contaminó el suelo y obligó a los habitantes a abandonar sus residencias.
A más de un año de aquel momento, la compañía ferroviaria estadounidense Norfolk Southern pagará más de 300 millones de dólares como compensación por los daños causados tras el descarrilamiento de un tren con material tóxico.
La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) anunció este jueves el acuerdo alcanzado con la empresa, que fuerza a la compañía a pagar por el seguimiento del estado de salud de las comunidades afectadas por el vertimiento, al igual que a tomar medidas concretas para mejorar la seguridad ferroviaria.
La mayor parte de los fondos que Norfolk Southern entregará, unos 235 millones de dólares, irán destinado a costear la limpieza de la zona donde se derramaron los químicos tras el descarrilamiento en febrero de 2023, detalló la EPA en un comunicado.
“Gracias a este acuerdo, los residentes y los equipos de emergencias tendrán un mayor acceso a los servicios de salud, los trenes serán más seguros y las vías fluviales estarán más limpias”, señaló el director de la EPA en el escrito.
El acuerdo proviene de una demanda que el Departamento de Justicia y la EPA presentaron contra Norfolk Southern en marzo de 2023 por los daños medioambientales causados por el descarrilamiento.
El pasado abril, la ferroviaria se comprometió a pagar otros 600 millones de dólares para evitar ir a juicio en una demanda colectiva que presentaron los residentes de East Palestine.
El descarrilamiento del tren se produjo el 3 de febrero cuando pasaba por esa localidad de menos de 5,000 habitantes y ubicada a 60 kilómetros de la ciudad industrial de Pittsburgh, cercana a la frontera de Ohio con Pensilvania.
La mitad de los vecinos de East Palestine tuvieron que ser evacuados de emergencia.
Los funcionarios que buscaban evitar el peligro de una explosión descontrolada optaron por liberar y quemar intencionalmente el cloruro de vinilo tóxico de cinco vagones de tren, lo que provocó que las llamas y el humo negro se elevaran nuevamente hacia el cielo.
La escena dejó a las personas cuestionando los posibles impactos en la salud de los residentes en el área y más allá, incluso cuando las autoridades sostuvieron que estaban haciendo todo lo posible para proteger a las personas.
El cloruro de vinilo está asociado con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, y los funcionarios advirtieron en ese momento que quemarlo liberaría dos gases preocupantes.
Pese a ello, los funcionarios ambientales dijeron que los monitores detectaron toxinas en el aire en el sitio durante la quema controlada y que los funcionarios mantuvieron alejadas a las personas hasta que se disiparon.
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