Si alguna vez te has preguntado cómo saber si un huevo está
fresco o no, estás en el lugar correcto. A continuación, te daremos
algunos trucos y consejos prácticos para asegurarte de que los
huevos que consumes estén en óptimas condiciones. Aprenderás a
utilizar la fecha de caducidad, realizar el test de flotación,
examinar la cáscara y mucho más. ¡Sigue leyendo para
descubrirlo!
Utiliza la
fecha de caducidad como referencia
La fecha de caducidad impresa en la caja de
huevos es el método más sencillo para determinar si un huevo
todavía es apto para el consumo. Generalmente, los huevos se
consideran frescos hasta 28 días después de la fecha de puesta. La
fecha de consumo preferente (DCP) suele estar
indicada en la caja. Sin embargo, es importante tener en cuenta que
esta fecha se basa estrictamente en pautas de seguridad
alimentaria. Si la fecha ha pasado, no significa necesariamente que
el huevo esté malo, aunque habrá perdido parte de su frescura. De
hecho, los huevos siguen siendo comestibles durante algún tiempo
después de la fecha de caducidad, siempre y cuando se almacenen
correctamente.

Realiza el test de
flotación
Un método sencillo y confiable para verificar la frescura de un
huevo es realizar el test de flotación. Para ello,
llena un recipiente profundo con agua y coloca suavemente el huevo
dentro. Un huevo fresco se hundirá y se apoyará en el fondo del
recipiente. Por otro lado, un huevo que comienza a deteriorarse
flotará ligeramente, ya que habrá desarrollado un pequeño espacio
de aire en el interior de su cáscara. Si observas una flotación
parcial, consume el huevo rápidamente. Sin embargo, al no ser tan
fresco como debería, es preferible cocinarlo bien. Por el
contrario, si el huevo flota completamente en la superficie, no lo
consumas, ya que podrías correr el riesgo de sufrir una
infección.
Examina el huevo y su
cáscara
Observar la cáscara de un huevo también puede
proporcionarte pistas sobre su frescura. Un huevo
fresco tendrá una cáscara limpia, lisa y
brillante. En cambio, los huevos más viejos pueden
desarrollar una superficie rugosa o mostrar manchas. Al sostener un
huevo frente a una fuente de luz, observa si hay grietas o agujeros
en la cáscara. Si la cáscara está dañada, es preferible no
utilizarlo, ya que las bacterias podrían haber ingresado al
interior. En caso de duda, rompe el huevo en un recipiente y
verifica su color y olor. Esta es una excelente manera de
determinar si un huevo está fresco y listo para ser cocinado según
tus preferencias. Un huevo pasado de fecha desprenderá un olor a
azufre fuerte y desagradable. ¡En ese caso, deséchalo sin
dudarlo!
Métodos
para verificar la frescura de los huevos
Existen varias formas de verificar si un huevo está fresco. A
continuación, te presentamos algunos métodos comunes:
Fecha de caducidad:
verifica la fecha de caducidad indicada en la caja. Por lo general,
los huevos deben consumirse antes de esta fecha.
Test de flotación:
llena un recipiente con agua fría y sumerge el huevo. Un huevo
fresco se hundirá, mientras que uno más viejo tenderá a flotar. Si
flota por completo, es probable que esté demasiado viejo y no se
debe consumir.
Test de la apertura:
rompe el huevo en un recipiente. Un huevo fresco tendrá una clara
espesa que rodea una yema redonda. Si la clara es líquida y la yema
se dispersa, es probable que el huevo esté viejo.
Olor: Si un huevo
desprende un olor desagradable, es probable que esté en mal estado
y no se debe consumir.
Aspecto de la cáscara:
si la cáscara está agrietada o dañada, el huevo puede estar
contaminado y es mejor no consumirlo.
Siempre es recomendable almacenar los huevos en el refrigerador
y manipularlos con cuidado para evitar grietas. Si tienes dudas
sobre la frescura de un huevo, es preferible no consumirlo para
evitar cualquier riesgo de contaminación alimentaria.

Duración de la
conservación de los huevos
La duración de la conservación de los huevos depende de varios
factores, como la forma en que se almacenan. A continuación, te
ofrecemos algunos consejos generales para conservar los huevos:
Refrigeración: conserva
los huevos en el refrigerador para prolongar su duración. Los
huevos sin cocinar pueden conservarse en el refrigerador durante
aproximadamente 3 a 5 semanas después de la compra.
Fecha de caducidad:
consulta la fecha de caducidad en la caja de huevos. Asegúrate de
consumir los huevos antes de esa fecha.
Test de frescura:
utiliza los métodos descritos anteriormente, como el test de
flotación, el test de apertura y la observación del olor, para
evaluar la frescura de los huevos.
Almacenamiento
adecuado: guarda los huevos en su cartón original, ya que
esto los protege de absorber olores extraños y minimiza los riesgos
de contaminación.
Manipulación con
precaución: manipula los huevos con cuidado para evitar
grietas en la cáscara, lo que permitiría el ingreso de
bacterias.
Ten en cuenta que los huevos duros tienen una duración
de conservación más corta que los huevos crudos. Si has
cocinado huevos duros, es preferible consumirlos dentro de los 7
días. Si tienes dudas sobre la frescura de un huevo, utiliza los
tests recomendados anteriormente para evaluar su calidad antes de
consumirlo.
¿Se
pueden consumir huevos después de la fecha?
La fecha de caducidad indicada en la caja de huevos es una
indicación de la duración durante la cual los huevos se consideran
frescos. Sin embargo, no es una garantía absoluta
de que los huevos estén en mal estado una vez que haya pasado esa
fecha. Los huevos a menudo pueden seguir siendo comestibles más
allá de la fecha de caducidad si se han almacenado correctamente en
el refrigerador y pasan las pruebas de frescura. Se recomienda
realizar el test de flotación, el test de apertura
y verificar el olor para evaluar la frescura de los huevos después
de la fecha de caducidad. Si los huevos pasan estas pruebas, es
probable que aún sean aptos para el consumo. Sin embargo, si
observas cambios en el olor, la textura o la apariencia del huevo,
es mejor no consumirlo. En última instancia, la seguridad
alimentaria es primordial, y si tienes alguna duda sobre
la frescura de los huevos, es más seguro no consumirlos para evitar
cualquier riesgo de contaminación alimentaria.
(ver todo)


