El colesterol alto es una preocupación común para muchas personas, ya que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Afortunadamente, existen varias formas naturales de reducir el colesterol y proteger la salud de tu corazón.
Conoce tus niveles de colesterol
El primer paso para abordar el colesterol alto es conocer tus niveles actuales. Aunque el colesterol alto no presenta síntomas, es importante realizarse análisis de sangre regularmente para verificar los niveles de colesterol total, colesterol LDL (colesterol «malo»), colesterol HDL (colesterol «bueno») y triglicéridos. Estos resultados te proporcionarán una base para evaluar tu salud cardiovascular y tomar medidas adecuadas.
Adopta una alimentación saludable para el corazón
La alimentación juega un papel crucial en la reducción del colesterol. Una dieta saludable para el corazón debe incluir alimentos ricos en fibra soluble, como la avena, el salvado de avena, los frijoles, las coles de Bruselas, las manzanas y las peras. Estos alimentos pueden ayudar a disminuir los niveles de colesterol LDL al reducir su absorción en el torrente sanguíneo.
Además, los alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el pescado graso (caballa, arenque, atún, salmón y trucha), las nueces, la linaza y el aceite de canola, son beneficiosos para reducir los triglicéridos y aumentar el colesterol HDL. Incorporar estos alimentos en tu dieta regularmente puede tener un impacto positivo en tus niveles de colesterol y proteger tu corazón.
Controla tu ingesta de grasas saturadas
Las grasas saturadas, que se encuentran principalmente en alimentos de origen animal como la carne roja, los productos lácteos enteros y los alimentos procesados, pueden elevar los niveles de colesterol LDL. Para reducir el colesterol, es importante limitar la ingesta de grasas saturadas y optar por fuentes más saludables de grasa, como las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas.
Los alimentos ricos en grasas monoinsaturadas, como las aceitunas, el aceite de oliva, el aguacate y las almendras, pueden ayudar a aumentar los niveles de colesterol HDL y mejorar la calidad del colesterol LDL. Por otro lado, las grasas poliinsaturadas, presentes en alimentos como los frutos secos y el aceite de canola, también tienen beneficios para la salud cardiovascular al reducir los niveles de colesterol LDL.
Incorpora alimentos con estanoles y esteroles vegetales
Los esteroles y estanoles vegetales son compuestos que se encuentran en las plantas y que pueden bloquear la absorción del colesterol en el intestino. Al consumir alimentos fortificados con esteroles o estanoles vegetales, como margarinas y jugos de naranja, es posible reducir los niveles de colesterol LDL en un 5% a 15%. Estos productos pueden ser una opción adicional para mejorar tu perfil de colesterol.
Realiza actividad física regularmente
El ejercicio regular no solo es beneficioso para el bienestar general, sino que también puede ayudar a reducir el colesterol y proteger tu corazón. La actividad física aeróbica, como caminar, correr, andar en bicicleta o nadar, puede aumentar los niveles de colesterol HDL y disminuir los niveles de colesterol LDL y triglicéridos.
Se recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física vigorosa por semana. Si no tienes tiempo para sesiones largas de ejercicio, puedes dividirlo en períodos más cortos a lo largo del día. Recuerda siempre consultar con tu médico antes de iniciar cualquier programa de ejercicios, especialmente si tienes alguna condición médica preexistente.
Mantén un peso saludable
El exceso de peso y la obesidad pueden aumentar los niveles de colesterol LDL y los triglicéridos, al tiempo que disminuyen los niveles de colesterol HDL. Mantener un peso saludable a través de una alimentación equilibrada y ejercicio regular puede ayudar a mejorar tus niveles de colesterol y proteger tu corazón.
Si tienes sobrepeso u obesidad, establece metas realistas para perder peso gradualmente. Una pérdida de peso de alrededor del 5% al 10% de tu peso corporal total puede tener un impacto significativo en los niveles de colesterol y otros factores de riesgo cardiovascular.
Controla el estrés y duerme lo suficiente
El estrés crónico puede afectar negativamente tu salud cardiovascular, incluidos los niveles de colesterol. El estrés puede aumentar los niveles de colesterol LDL y disminuir los niveles de colesterol HDL. Por lo tanto, es importante implementar estrategias efectivas de manejo del estrés, como la práctica regular de técnicas de relajación, el ejercicio, la meditación o la terapia cognitivo-conductual.
Además, dormir lo suficiente y tener una buena calidad de sueño también es fundamental para un corazón sano. La falta de sueño puede contribuir al aumento del colesterol LDL y los triglicéridos, así como a la disminución del colesterol HDL. Intenta establecer rutinas de sueño regulares y crear un ambiente propicio para un descanso adecuado.
Evita fumar y limita el consumo de alcohol
El tabaquismo es perjudicial para la salud en general y puede tener un impacto negativo en los niveles de colesterol. Fumar no solo reduce los niveles de colesterol HDL, sino que también daña las paredes de los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas.
El consumo excesivo de alcohol también puede elevar los niveles de colesterol y triglicéridos, así como aumentar la presión arterial. Si decides consumir alcohol, hazlo con moderación. Se recomienda no más de una bebida alcohólica al día para las mujeres y no más de dos bebidas alcohólicas al día para los hombres.
Considera la medicación cuando sea necesario
En algunos casos, es posible que sea necesario recurrir a medicamentos para reducir el colesterol alto. Estos medicamentos, como las estatinas, pueden ser recetados por un médico cuando los cambios en el estilo de vida no son suficientes para alcanzar los niveles de colesterol objetivo.
Es importante tener en cuenta que los medicamentos para reducir el colesterol deben ser utilizados bajo supervisión médica y combinados con cambios en el estilo de vida saludables. Tu médico determinará el tratamiento más adecuado para tu situación particular.
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