Los jefes de equipo de la Fórmula 1 ya viven en 2026. A falta de tres carreras para el final de 2025, la gestión del presente se cruza con uno de los mayores saltos reglamentarios de los últimos años, y la figura del team principal se ha convertido en algo más que un director deportivo: ahora es un equilibrista entre dos mundos, responsable de decidir dónde se ponen —y dónde se quitan— los recursos en plena era del budget cap.
En esta cita, James Vowles (Williams), Andrea Stella (McLaren F1) y Alan Permane (Racing Bulls) explicaron cómo están lidiando con un desafío que marcará el futuro de cada escudería.
McLaren y el lujo de poder adelantarse
En McLaren, la posición dominante de los últimos dos años ha cambiado por completo la ecuación. Con un coche competitivo desde el primer día y recursos para mantener dos programas en paralelo, Andrea Stella reconoce que el equipo decidió hace tiempo inclinar la balanza hacia el futuro.
“Por un largo tiempo, en McLaren ya estamos completamente centrados en 2026 desde el punto de vista de diseño”, admite Stella. “Es un reto enorme: chasis nuevo, neumáticos nuevos, unidades de potencia nuevas… necesitas poner todos los recursos”.
Ese margen deportivo ha permitido a McLaren atacar la revolución técnica con meses de ventaja respecto a muchos rivales. Y Stella recalca que no se trata solo de rendimiento: la prioridad es garantizar que la F1 mantenga el espectáculo, afinando cada detalle del reglamento para que los coches puedan seguirse mejor en una era híbrida que volverá a cambiar de piel.
Williams: arriesgar para escalar
En el otro extremo, el caso de Williams es uno de los más fascinantes del paddock. Nacieron fortísimos en 2025, líderes claros de la zona media, capaces incluso de inquietar a los grandes cuando estos fallaban. Pero desde el primer día tuvieron clara su estrategia: renunciar a mejorar este año para apostar de lleno por 2026.
“Siempre es una batalla: quieres estar por delante de tus rivales en los dos años, pero la realidad es que no se puede”, explica James Vowles.”Nuestro trabajo es distribuir los recursos entre luchar ahora y construir el futuro”.
Vowles insiste en que han trabajado diariamente con la FIA durante más de un año para moldear las reglas de 2026, especialmente en lo referente al espectáculo. Y aunque reconoce que el nuevo reglamento traerá “desafíos muy difíciles”, cree que la F1 será distinta, pero no peor.
Mientras tanto, Williams ha vivido gran parte del año con el mismo paquete inicial —salvo una actualización en Barcelona— y aun así está a punto de sellar un sorprendente quinto puesto en el Mundial, por delante de equipos con muchas más mejoras y personal.
Para ellos, 2026 no es una transición: es la oportunidad de volver al frente, especialmente con los rumores crecientes de que el motor Mercedes será uno de los grandes ganadores del nuevo ciclo.
Racing Bulls: improvisar y evolucionar sobre la marcha
Racing Bulls ha seguido el camino opuesto a Williams. Su coche empezó por debajo, pero han ido encadenando mejoras constantes que los han llevado hasta la pelea directa por la sexta posición del campeonato. Para Alan Permane, ese proceso ha sido una lección de equilibrio interno.
“La otra parte del trabajo del team principal es asegurarte de que toda la gente en la fábrica esté completamente apoyada”, explica. “Necesitan tener todo lo necesario para extraer el máximo rendimiento del coche del año que viene”.
En Racing Bulls han tenido que mantener vivo el proyecto de 2025 mientras empezaban a derivar recursos hacia 2026, un ejercicio complicado para una estructura que ha crecido en ambición, pero no al ritmo de los gigantes.
Una batalla invisible que decidirá el próximo ciclo
Los tres team principals coinciden en lo esencial: el gran desafío de 2026 no es técnico, sino humano. Bajo el límite presupuestario, el mayor recurso ya no es el dinero, sino el tiempo de los ingenieros y la precisión de cada decisión.
En 2025 hemos visto tres filosofías distintas convivir:
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McLaren, que puede permitirse adelantarse al futuro.
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Williams, que renuncia al presente para perseguir un salto histórico.
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Racing Bulls, que necesita mejorar hoy sin descuidar mañana.
Y en 2026, cuando llegue el reinicio técnico, el resultado de esas apuestas quedará expuesto para todos. Como dice Vowles, será un año “muy diferente”, y los jefes de equipo saben que no solo están gestionando un coche… sino el destino de todo un proyecto.
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