En nuestro día a día, no siempre nos damos cuenta de la importancia de los latidos de nuestro corazón. Sin embargo, estos latidos pueden ser mucho más significativos de lo que pensamos, debido a que nuestro cuerpo tiene la capacidad de percibir y responder a las señales internas que provienen del corazón, lo que se conoce como interocepción. Esta capacidad no solo tiene un impacto en nuestra salud física, sino también en nuestras emociones, pensamientos y bienestar mental.
La importancia de la interocepción
La interocepción es nuestra capacidad de percibir y interpretar las señales que provienen del interior de nuestro propio cuerpo. A diferencia de los cinco sentidos orientados hacia el exterior (vista, oído, olfato, gusto y tacto), la interocepción nos permite tomar conciencia de lo que sucede en nuestro organismo.
La interocepción juega un papel fundamental en el mantenimiento de la homeostasis, es decir, el equilibrio y funcionamiento adecuado de nuestro cuerpo. Regula de manera invisible aspectos como la presión arterial, el nivel de glucosa en la sangre e incluso nos impulsa a comer o beber cuando es necesario. Además, puede tener un impacto profundo en nuestras emociones, pensamientos y salud mental, e incluso puede influir en nuestra identidad.
La teoría James-Lange de la emoción
Hace más de un siglo, el filósofo y psicólogo estadounidense William James propuso la teoría James-Lange de la emoción. Según esta teoría, nuestras emociones no son causadas por los estímulos externos, sino por la forma en que nuestro cuerpo reacciona a estos estímulos.
En otras palabras, cuando nos encontramos con una situación amenazante, como el encuentro de Alex Messenger con un oso, nuestro cuerpo reacciona antes de que nuestra mente consciente se dé cuenta de la amenaza. Nuestro corazón comienza a latir más rápido, nuestra respiración se acelera y experimentamos una serie de cambios fisiológicos que interpretamos como miedo.
Esta teoría sugiere que nuestras emociones surgen de nuestra respuesta física a los estímulos, y no al revés. Es decir, no sentimos miedo porque vemos un oso, sino que vemos un oso y nuestro cuerpo reacciona físicamente, lo cual interpretamos como miedo.
La importancia de la percepción y respuesta a los latidos del corazón
La forma en que percibimos y respondemos a los latidos de nuestro corazón puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar y salud mental. Por ejemplo, la ansiedad puede acelerar nuestro ritmo cardíaco, pero ¿qué pasaría si el aumento del ritmo cardíaco también pudiera desencadenar ansiedad y miedo?
Estudios sobre la interocepción cardiaca
Uno de los estudios realizados por Sarah Garfinkel y otros investigadores del University College London mostró que las personas que eran más precisas en la percepción de sus propios latidos del corazón tenían más probabilidades de tomar decisiones rentables en el mundo financiero y tenían carreras más exitosas en general.
Por otro lado, las personas que tienen dificultades para percibir las sensaciones corporales tienden a tener dificultades para regular sus emociones. La falta de conciencia de los latidos del corazón y otras señales internas puede dificultar la identificación y regulación de las emociones.
La relación entre interocepción y salud mental
La interocepción ha demostrado tener un papel relevante en diversas condiciones de salud física y mental, como la depresión, la ansiedad, la obesidad, la anorexia nerviosa y el autismo.
Investigaciones han revelado que las personas con dificultades en la interocepción tienen más probabilidades de experimentar problemas de salud mental. Por ejemplo, las mujeres suelen ser menos precisas que los hombres en la percepción de los latidos del corazón durante las tareas, lo cual puede estar relacionado con la mayor prevalencia de depresión en las mujeres.
Tratamientos basados en la interocepción
La investigación sobre la interocepción también ha llevado al desarrollo de nuevos tratamientos para una amplia gama de trastornos. Por ejemplo, Sahib Khalsa ha desarrollado una cápsula vibrante que se puede tragar y que permite a los investigadores determinar la sensibilidad de las personas a las sensaciones intestinales y cómo las interpretan.
Este tipo de investigación puede ser especialmente útil en el tratamiento de trastornos como la anorexia nerviosa, en los cuales las personas tienen dificultades para percibir correctamente las señales corporales y suelen sentirse hinchadas o saciadas prematuramente después de comer solo pequeñas cantidades.
La meditación y la escucha del cuerpo
Una forma de mejorar nuestra capacidad para percibir y responder a los latidos del corazón y otras señales internas es a través de la práctica de la meditación, que nos ayuda a sintonizar nuestra mente con las señales que nuestro cuerpo nos envía, permitiéndonos estar más presentes y conscientes de nuestras emociones y necesidades internas.
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