El desarrollo financiero del país depende de la actitud que asuman los grupos de interés y de la gestión pública para impulsarlo
Tener acceso al crédito bancario y usarlo correctamente ayuda a resolver más cosas de las que se cree y contribuye al progreso personal y empresarial, pues el financiamiento brinda muchas oportunidades a futuro.
En los países desarrollados este acceso contribuye al éxito de la mayoría de las personas y las empresas.
Lo mismo ocurre en la República Dominicana, pero en menor nivel, dado que el acceso al crédito está más limitado.
Según el informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “Hacia una mayor inclusión financiera para el desarrollo”, que acaba de ser publicado, en 2010 el crédito bancario al sector privado como porcentaje del PIB era 21.7% en 2010 y subió a 26.9 % en 2022. Pero en los países desarrollados suele colocarse a alrededor del 100% del PIB.
En varios países centroamericanos (Costa Rica, Guatemala, Honduras, Belice, Guatemala y El Salvador) el crédito al sector privado promedia el 50 % y en Panamá es mucho más alto, 72% al 2022.
La limitación en el acceso al crédito en República Dominicana podría ser superada con la implementación de iniciativas que impulsen una mayor inclusión financiera, entre ellas promover una mayor digitalización de los servicios financieros.
Pero para lograr la penetración crediticia al nivel que se requiere para que la República Dominicana deje de ser un país que está a la zaga en el desarrollo financiero, se requiere el continuar profundizando una transformación en políticas públicas y de la actitud de los grupos de interés sobre el tema.
Por lo menos, esto es lo que se desprende de la conclusión de otro estudio hecho para el BID por Oscar Becerra, Eduardo Cavallo y Carlos Scartascini, titulado Perspectivas de investigación: ¿Cómo aumentar la penetración del crédito en América Latina y el Caribe?: Mejorar la capacidad de los Gobiernos y reducir el papel de los grupos de interés”.
El estudio aclara que el desarrollo financiero (el tamaño de los mercados de crédito) en la región no solo depende de las condiciones macroeconómicas, sino también de la actitud que asuman los grupos de interés y de las capacidades gubernamentales para impulsarlo, a la vez que atribuye la diferencia entre los países de la región en penetración del crédito a la combinación del grado de oposición al desarrollo financiero por parte de las industrias establecidas y a las diferencias en las capacidades gubernamentales.
“El acceso al crédito es fundamental para el crecimiento económico. Pero no todas las empresas se benefician por igual, y es posible que algunas prefieran limitar el acceso para mantener el control de los mercados”, afirma el estudio.
Y advierte que para aumentar el desarrollo financiero se necesitan reformas que afecten los incentivos de largo plazo de los actores políticos para invertir en sus capacidades, las cuales deben ir de la mano de políticas que puedan influir en la estructura de poder de los grupos de interés.
Un aumento de la dependencia crediticia media de un país, que sea prácticamente igual a la diferencia de esta medida entre Ecuador y Bélgica, implicaría un aumento medio del desarrollo financiero de entre el 0% y el 25% del PIB, dependiendo del nivel de las capacidades gubernamentales. Igual, un aumento de las capacidades gubernamentales que sea prácticamente igual a la diferencia entre Chile y Japón implicaría un aumento medio del desarrollo financiero de entre el 0% y el 29% del PIB, dependiendo del nivel de dependencia crediticia del país.
Que el infortunio no sea causado por falta de acceso al crédito bancario, sino porque el usuario no le dé el uso apropiado, y esto puede ser evitado con educación financiera.