
Desde hace años, Gianpiero Lambiase (GP) y Max Verstappen forman un dúo dinámico en la Fórmula 1. Lambiase, desde el muro, le transmite toda la información necesaria y le brinda apoyo durante las carreras. Ha habido momentos de cierta fricción, pero el vínculo nunca se ha deteriorado con el paso del tiempo.

Como su ingeniero de carrera, Lambiase ha sido testigo desde dentro de cómo la gente percibe a Verstappen. Según él, se ha creado injustamente una imagen negativa del tetracampeón de F1. “En la pista, se pinta a Max como el villano del paddock, pero fuera de ella es todo lo contrario”, afirma Lambiase en un vídeo de Red Bull Racing. “Es sincero, un gigante amable y una persona increíblemente simpática. Lo considero un buen amigo”.
A ojos de Lambiase, el neerlandés de 27 años ya es un “talento de una generación”. “En los últimos años ha seguido los pasos de [Michael] Schumacher y Lewis [Hamilton], y ha asumido ese papel”, sostiene el ingeniero de carrera italo-británico. “Creo que lo que ha aportado al paddock… se ve en su relación con los debutantes de hoy: todos lo admiran, quieren ser como él y alcanzar lo que ha conseguido. Por eso pienso que la Fórmula 1 debe estar agradecida”, opina Lambiase.
La relación con Verstappen es en general fluida, aunque a veces surgen choques. Lambiase señala la “cabezonería” como una “limitación” de su piloto de Red Bull. “Siempre cree saberlo todo y eso supone un reto técnico: intentar meterse bajo su piel y en su cabeza”, explica Lambiase. “He aprendido a aceptar que, aunque en ese momento se niegue a seguir tu consejo, en realidad lo absorbe como una esponja. Nunca lo admitirá, pero al final acaba haciendo lo que le has pedido”.
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