El fallecido dueño de los Colts de Indianápolis, Jim Irsay, enfrentó en privado una recaída en su adicción que él y ejecutivos del equipo ocultaron al público antes de su fallecimiento en mayo a los 65 años, según un informe de The Washington Post.
Irsay, quien siempre fue franco sobre su lucha contra la adicción a sustancias, ‘pasó los últimos dos años de su vida en medio de una recaída’, reportó el medio este jueves, alegando además que el ejecutivo de la NFL recibió ketamina recetada por un médico privado. Ese mismo médico ‘firmó el certificado de defunción de Irsay, indicando que la causa fue un paro cardíaco’, según la publicación.
Personas cercanas a Irsay expresaron preocupación por el tratamiento que recibía del especialista en adicciones con base en California Harry Haroutunian, quien estaba con Irsay al momento de su muerte. El informe indica que Haroutunian recetó más de 200 píldoras de opioides antes de que Irsay sufriera sobredosis en dos ocasiones separadas en diciembre de 2023: una en su casa de Indianápolis y otra en una propiedad alquilada en Miami.
Fuentes con conocimiento de las recaídas de Irsay dijeron que el tratamiento eventualmente escaló a inyecciones de ketamina en los meses previos a su muerte. ‘Dediqué 18 meses de mi vida a tratar de cuidarlo… como a un hermano’, declaró Haroutunian al Washington Post en una entrevista telefónica, aunque posteriormente no respondió a correos electrónicos que detallaban el reportaje del periódico.
Las tres hijas de Irsay —Carlie Irsay-Gordon, Casey Foyt y Kalen Jackson— han tomado el control de los Colts tras su muerte. ‘Nuestro padre fue abierto sobre sus batallas con la adicción y la salud mental. Nunca afirmó ser perfecto’, escribieron las copropietarias del equipo. ‘Los medios no son el lugar para abordar consultas sobre información que es disputada, carece de contexto esencial o involucra asuntos médicos privados’.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**