Rosanny Castillo, Faustina Paredes, Ana Yris de la Rosa, Native Paredes y Margarita Araujo serán reconocidos por la Fundación Dominicana de Desarrollo en un gran evento
En la comunidad empresarial dominicana, existe un grupo de emprendedores cuya labor y dedicación ha dejado una huella profunda en sus respectivas áreas.
Estos microempresarios y gente de trabajo han demostrado un compromiso excepcional con el desarrollo de sus negocios, enfrentando y superando múltiples desafíos. Por su destacada contribución al crecimiento económico y social de sus comunidades, la Fundación Dominicana de Desarrollo (FDD) ha decidido reconocer a Rosanny Castillo, Faustina Paredes, Ana Yris de la Rosa, Native Paredes y Margarita Araujo de Cáceres.
Rosanny Castillo, junto a su esposo, inició su emprendimiento en Santo Domingo vendiendo piñas, pero pronto se dieron cuenta de la necesidad de diversificar su oferta. Así, comenzaron a desarrollar productos derivados del coco, como agua de coco y dulces. Su capacidad para innovar y adaptarse a las demandas del mercado los llevó a crear un café especial para personas con diabetes, utilizando la semilla del Samo, que ha tenido éxito tanto en el mercado local como en Estados Unidos.
Faustina Paredes, en cambio, se ha convertido en una figura central en la piscicultura dominicana. Empezando con microcréditos y unos pocos estanques, Faustina y su esposo han desarrollado una producción de tilapias que abastece a colmados y comedores locales con pescado de alta calidad. Su atención al detalle y dedicación a la formación continua han sido claves para su crecimiento, y sus planes de expansión reflejan un compromiso firme con el desarrollo de la piscicultura en su región.
Ana Yris de la Rosa ha dedicado su vida a la artesanía, especializándose en cerámica y escultura en barro. Con una carrera de treinta años, sus obras no solo embellecen el paisaje cultural dominicano, sino que también han llegado a museos internacionales. A pesar de los desafíos económicos, especialmente en 2020, Ana Yris ha logrado mantener y revitalizar su negocio con el apoyo de microcréditos. Además, su labor educativa, en la que imparte talleres, asegura que sus conocimientos y técnicas se transmitan a nuevas generaciones.
Native Paredes, criado en una familia de agricultores, ha dedicado su vida a la agricultura, especialmente al cultivo de cacao. Al arrendar y revitalizar una finca de 150 tareas en la Provincia Duarte, Native ha llevado su producción a estándares que cumplen con las exigencias del mercado europeo. Su participación en asociaciones locales y su liderazgo comunitario son testimonio de su compromiso con el bienestar de sus colegas y con el desarrollo del sector agrícola.
Margarita Araujo de Cáceres, junto a su familia, ha establecido una bodega de vinos en San Cristóbal. Comenzaron con la producción de vino de fresa, se diversificaron luego con vinos de chinola, manzana y tamarindo. Su participación en ferias y formación en enología han sido cruciales para mejorar la calidad de sus productos y adquirir la maquinaria necesaria para expandir su producción. Con el apoyo de la FDD, Margarita planea llevar sus productos a supermercados y, eventualmente, a mercados internacionales.
Estos emprendedores comparten una pasión inquebrantable por sus proyectos y un deseo de impactar positivamente en sus comunidades. Cada uno ha enfrentado y superado obstáculos significativos, se adaptó y encontró soluciones innovadoras para avanzar en sus respectivas industrias. La capacidad de estos empresarios para innovar, educar y liderar no solo ha mejorado sus propias vidas, sino que también ha generado un impacto positivo y duradero en sus comunidades.
El reconocimiento que recibirán de la Fundación Dominicana de Desarrollo es una celebración de su arduo trabajo y dedicación. La ceremonia, que se llevará a cabo el martes 18 de junio en el salón Escenario 360 de Galería 360, será un momento para destacar sus logros y el ejemplo que representan para otros emprendedores.
Un empuje permanente
Este grupo de emprendedores ejemplares, cuya labor y dedicación han sido reconocidos, no solo ha logrado el éxito personal, sino que también ha contribuido significativamente al desarrollo de sus comunidades. Su trabajo no solo genera empleo, sino que también promueve el progreso económico y social en sus respectivas áreas.
Rosanny Castillo, con su visión innovadora, además de haber diversificado su negocio, ha incursionado en la creación de productos únicos que satisfacen necesidades específicas del mercado.
Faustina Paredes ha transformado la piscicultura local, demostró que con dedicación y formación continua se pueden superar las limitaciones iniciales.
Ana Yris de la Rosa, a través de su arte, ha logrado preservar y transmitir la rica tradición cultural de la cerámica dominicana. Native Paredes, con su compromiso con la agricultura y la comunidad, ha revitalizado la producción de cacao en su región. Margarita Araujo de Cáceres, con su espíritu emprendedor y su amor por la enología, ha creado una bodega que es un ejemplo de cómo la diversificación y la calidad pueden llevar a un negocio a nuevos niveles de éxito.